El proyecto minero de extracción de wolframio en el municipio de Pedralba de la Pradería, en terrenos de Santa Cruz de Abranes y Calabor, que es visto en España con enormes expectativas laborales y económicas, está despertando el interés de las comunidades lusas que reciben los cursos de agua y otros impactos.

Ahora es el presidente de la Cámara Municipal de Braganza, Hernani Dias, quien pedía la semana pasada la revisión del proyecto la mina de Calabor y su impacto medioambiental en Portugal, a cinco kilómetros de la frontera lusa.

Dias declaró a los medios lusos que no se han evaluado los efectos reales de la reducción de caudal en los cursos de agua trasfronterizos, ya que van a ser necesarias grandes cantidades de agua para tratar todo aquello que se va a extraer de la explotación minera.

El presidente de la Cámara se mostró preocupado por la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas debido a la instalación de maquinaria pesada durante la explotación minera. A ello hay que sumar la probabilidad de contaminación del agua.

El presidente de la Unión de Freguesías de Aveleda y Rio de Onor, Mário Gomes, concretó el impacto en las aguas que forman parte de la cuenta hidrográfica lusa del río Duero. En concreto afecta a los ríos Pepím e Igrejas. El autarca precisó que en actividades mineras anteriores se produjo una sedimentación en estos cursos. Al impacto en las aguas añade Gomes el impacto visual y el impacto en el turismo de naturaleza en creciente desarrollo en la zona del Parque Natural de Montesinhos, limítrofe con los terrenos de la Sierra de la Culebra donde se proyecta la mina.