“Le dijeron que no fueron los lobos. ¿Quién mordió los animales entonces?” Lleva matados tres lobos porque no le pagaron la muerte de una docena de cabezas de ganado”. Es la justicia de quien sufre la pérdida de animales a su costa, con todo el engorro y parafernalia burocrática que conlleva buscar, recoger, dar cuenta de la escabechina y cumplir trámites para nada. Otros lobos caen de forma furtiva para la venta a cazadores de tierras no lobariegas y que fardan de un trofeo apetecido y debidamente pagado, con taxidermia incluida. “¡1.500 euros pagó el andaluz!”. Otros salen libres de pena por cazarlo saltándose las normas y tras llevar la Guardería Medioambiental el caso ante la Justicia con pruebas que parecían irrefutables. “¿Cebáis, no?” Preguntó un gran conservacionista de Ecologistas en Acción que quería ver al lobo a la Guardería. ¿Para ver un lobo que a ti no te gusta que se mate matamos a dos o tres animales? ¿Es razonable? Le dijeron. Y en lo tocante a los predadores y carroñeros “maricón el último, porque el que llega el primero, el lobo o el buitre, lo come todo. Es la Naturaleza”.

De los 29 lobos autorizados este año en el cupo para Zamora se han abatido 26, según datos facilitados por la Junta de Castilla y León. Las carreteras (8 o 9 año) y la picaresca también suman bajas a la especie, que tampoco escapa a enfermedades como la rabia.

El lobo aventa los ánimos sociales porque, por su naturaleza predatoria, con incidencia en el patrimonio doméstico y cinegético, es una fuente cotidiana de conflictos. Su gestión implica o involucra a tantos colectivos, y son tan dispares o radicales las posiciones, que en los foros que tienen al lobo como protagonista arden las confrontaciones, y lo hacen de tal modo que algunos han optado por seleccionar los contertulios o por evitar la coincidencia para hacer posibles los debates e impedir los gallineros. Salva la guerra, por su dilatada trayectoria y experiencia, la Sociedad Euromediterránea para la Vigilancia de la Fauna Salvaje (Waves), capaz de organizar congresos internacionales del más alto nivel porque “la política es que todo el mundo tiene derecho a dar su opinión, a expresar cada uno el criterio técnico y profesional, y porque del consenso viene el entendimiento” en palabras de Tomás Yanes.

Hoy día no tiene cabida la erradicación del incisivo cánido de la faz de la tierra, como se pretendió en España y media Europa hasta avanzado el siglo XX, pero su coexistencia con la vida ganadera es una prueba de fuego de siglos. También es problemática la situación cuando el rifle y la contemplación coinciden y un seco disparo causa sensaciones indescriptibles.

Ganaderos, ecologistas, naturalistas, políticos, empresarios ligados al ecoturismo, cazadores, técnicos de Medio Ambiente, fotógrafos de la naturaleza, municipios, comunidades y países con la gestión de la especie en sus feudos se baten el cobre por causa del lobo en reuniones, congresos, asambleas y, desde luego, en los Juzgados. Los censos se ponen en entredicho, las lobadas se cuestionan, los daños se resuelven en casos con la obtusa autoría de “indeterminada” y el Rubicón es si gestionar con vida o con muerte a una especie inteligente y con mirada de brasa en la noche.

Para los conservacionistas hay menos lobos de los anotados, para cazadores y ganaderos más de los consignados. El lobo está cada día más presente en los Juzgados y los tribunales españoles y europeos dan y quitan las razones con sus fallos a conservacionistas, administraciones y sociedades de cazadores. Los cazadores piden control a base de plomo, los ecologistas no quieren ni un tiro “porque es una especie que se autorregula” y los grupos políticos se enrocan en el color político para posicionarse.

Es el lobo. Un ser fabuloso y mitológico que, además de dar vida y temperamento a los mastines, da lustre a los folletos, vida a las cámaras, noticias a los medios, juego a los fondos europeos y aliciente a decenas de estudios de todo corte y subvención, con mucho relleno fotográfico de lobo enclaustrado y mimado porque el salvaje exige una vida montuna, lo que deja a muchos “especialistas en charlatanes.

Al revuelo general echó leña al fuego la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, al alentar por escrito a la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel) a llevar a la Junta de Castilla y León -gobernada por PP y Ciudadanos- ante la Fiscalía si no da al lobo una estricta protección y lo saca de las especies cinegéticas. Lo hizo por escrito el pasado 17 de junio. Narbona se hizo eco de la recomendación del Comité Científico del Ministerio de la Transición Ecológica para integrar al lobo en el listado de especies silvestres, en régimen de Protección Especial y en toda España. El Comité que respondió así a la solicitud de Ascel, del pasado 4 de octubre, que proponía ir más allá: la categoría de “vulnerable” y su inclusión en el Catálogo de Especies Amenazadas.

El ganadero y representante de la Unión de Campesinos (COAG-Zamora) José Manuel Soto, radicado en los ámbitos de La Culebra, en Cional, “mandará sus letras a Narbona” porque no dejará pasar por alto su acción. Pone de manifiesto que “la situación del lobo en Castilla y León es de aumento. La población está ahí y ahí tenemos los ataques por lo que COAG pide que se tomen medidas”. Asegura que “en Zamora el lobo no corre ningún riesgo de extinción por más que digan algunos”. Para Soto “el lobo y la ganadería son dos especies que por mucho que se empeñen algunos no pueden convivir, y hay líos al menor descuido. En muchas zonas lo que va a desaparecer es el ganadero. Zamora es la fábrica del lobo, y al Norte del Duero algunos quieren volver a la mandanga de la conservación estricta, pero lo hacen desde el despacho o desde la ignorancia”. “Vallar, vallar, vallar… ¿y dónde dejamos a la fauna, dentro o fuera del vallado? COAG ha pedido el vallado de la carretera N-631 para evitar los accidentes y dicen que va en contra de la fauna”.

El cazador Alberto Gosenje Rodríguez asegura que “es un animal al que no se me ocurriría dispararle, ni con precinto, porque se me refleja lo que es un perro. Prefiero verlo correr que cazarlo”. Repara en que “el lobo es una manera de dar vida a pueblos desindustrializados que con la caza sacan algo de dinero, y también con el turismo lobero, cuya única ilusión es verlo vivo”. Para Alberto hay días en el año para que todos los colectivos disfruten del lobo: “marcándose unas fechas no coincidentes en el calendario para evitar colisiones”.

Ignacio Martínez, presidente de Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel), que solicitó la protección rigurosa del predador, es contundente: “ no hay razón para que no esté protegido en toda España”. Asegura que “es de sobra conocido que el ganadero que cuida el ganado no tiene daños”, y sostiene que “es posible tener “daños cero” si se es un profesional del sector”. En su criterio, “entre el lobo y la ganadería puede haber armonía no matando ningún lobo”. “No hay conflicto, es ficticio, la mayor parte de la gente que protesta está cometiendo un fraude estructural porque recibe dinero de la Comunidad Europea para ser respetuosos con el medioambiente”. Pide que “se respete el objeto de las subvenciones, que es que haya lobos”, o que se retiren si no se cumple.

Los censos del lobo son otro fruto de gran batalla. La Consejería de Fomento y Medio Ambiente de Castilla y León defiende el trabajo realizado por la “Consultora de Recursos Naturales”, que dirige Mario Sáenz de Buruaga, que implicó a toda la guardería medioambiental y que se actualiza con los datos aportados al programa Infolobo. “Somos profesionales y hacemos las cosas bien y honestamente. Vemos rastros, lugares, dónde crían y se ven los cachorros. Forma parte de la rutina de un agente medioambiental” expresan en la Guardería. “De los realizados por la Junta de Castilla y León, dice León Ignacio Martínez- “es mejor no hablar ,y hay motivos sobrados para cuestionarlos”. “El lobo no está en expansión y no crece en población. Es un superdepredador y nunca tiene sobrepoblación” expresa; y resalta “el papel ecológico” que cumple. “En la península ibérica necesitamos imperiosamente lobos para hacer lo que tienen que hacer: controlar enfermedades, ungulados y mantener un equilibrio. Ellos se controlan a sí mismos. No necesitan control ninguno”. Una concepción en la que comulgan ciertos forestales. “Donde hay lobos habitualmente ni crece ni baja la población. Es como el tiempo, fechas de mucho calor y fechas de frío” dicen.

Para Martínez “la Ley de Caza es radicalmente ilegal porque consideran la caza de especies protegidas, y no hay más que hablar que derrotarla en los tribunales. Una Administración eficiente sobre el lobo hacer primar los intereses generales y públicos sobre los particulares, son los de la naturaleza saludable, que viene bien a todos”.

Para el secretario regional de la Unión de Pequeños Agricultores, Aurelio González, “es claro que debe haber los menos daños posibles al ganado”. Hace referencia a un proyecto con la Universidad de Valladolid que consiste en instalar collares en una serie de ejemplares de ganado vacuno, en la sierra de Madrid y Ávila, para detectar la presencia del cánido, así como a la colocación de unos ultrasonidos que lleven a ahuyentar al predador. “Se realizan estos experimentos porque vemos que la lucha que tenemos para rebajar los daños es inútil porque la Junta de Castilla y León no hace nada” dice. Upa, añade, “reconoce que tienen las manos atadas en muchos casos”. González apunta que “hay una normativa europea que permite que se hagan controles poblaciones cuando los daños son excesivos en algunas zonas, y se deben hacer, pero no mínimamente”.

En cuanto a la coexistencia afirma que “no sirve si significa que haya lobos y no ganaderos”, y reitera el reto de UPA de que algún ecologista venga con un ganado de ovejas, que nosotros le ponemos los pastos, y a ver si lo mantienen un año”. “Hoy la principal especie en extinción son los ganaderos, y sin agricultura no habrá pueblos” remacha.

El ganadero de Fresnadillo de Sayago, Eduardo Herrero, afirma que este año le sobran 150 corderos al no tener lobadas cuando otros años no llegaba a cumplir la entrega mínima requerida para el cobro de los derechos de la PAC. “Cerca de 6.000 euros”. “Con muertes, abortos, falta de celo por estrés y otras bajas no alcanzas el mínimo”.

El lobo figura entre las especies «de interés comunitario que requieren una protección estricta

El gestor y cazador Antonio de José Prada habla de que “el aprovechamiento de la especie lobo al norte del río Duero, en Castilla y León a través de su caza, bien como ordenación cinegética o como control poblacional, es un tema que continuamente suscita controversia entre aquellos que lo consideramos como susceptible de aprovechamiento (y así las normas internacionales, europeas y estatales lo permiten) y aquellos que no quieren considerar a la especie como cazable. Mientras que en España por parte de algunas organizaciones se pide aumentar el nivel de protección de la especie, otros países del marco europeo están solicitando precisamente lo contrario, como son los casos de Suiza y Alemania”. “Ahora que la Comisión Europea ha cerrado el grifo de las ayudas al lince ibérico, el lobo se ha convertido en una especie diana para financiar proyectos” añade.

La Directiva sobre los hábitats», de 21 de mayo de 1992, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres, cuyo objeto es contribuir a garantizar la biodiversidad, recoge que el “estado de conservación” se considerará “favorable” cuando los datos sobre la dinámica de las poblaciones de la especie indiquen que sigue y puede seguir constituyendo a largo plazo un elemento vital de los hábitats naturales a los que pertenezca, que el área de distribución natural de la especie no se esté reduciendo ni amenace con reducirse en un futuro previsible, y que exista y probablemente siga existiendo un hábitat de extensión suficiente para mantener sus poblaciones a largo plazo. El lobo figura entre las especies «de interés comunitario que requieren una protección estricta».

400 EJEMPLARES SOBRE EL TERRENO

La sentencia del Tribunal Europeo, relativa a Finlandia, levantó los ánimos de los cazadores, tras una etapa de reveses y suspensión del aprovechamiento lupino, pero leídos con detenimiento las exigencias es todo un nudo gordiano.

Los Estados miembros podrán establecer excepciones y permitir su caza con unos fundamentos muy motivados “e inexistencia de otra solución satisfactoria”. Se permite abatir lobos “para evitar daños graves al ganado” pero debe hacerse en condiciones “de riguroso control”, con criterio selectivo y de forma limitada, y solo en las zonas en las que la especie esté fuertemente representada y con selección de los especímenes para garantizar la viabilidad de una manada de lobo, de modo que las incidencias probables sobre la viabilidad de la manada sean las menores posibles. Es necesario, pues, conocer a los lobos como si estuvieran empadronados.

Lobo Marley, Ecologistas en Acción, WWF, Equo... recuerdan que su presencia garantiza la buena salud de los ecosistemas. Los cazadores su control para amortiguar los daños y la Junta de Castilla y León tiene en la futura Ley de Caza -sin nombrarla- una cuestión de fuego.

El lobo está en el punto de mira de unos y otros, y para verlo o cazarlo “cebarlo es la única forma de hacerlo. Todo tiene su justificación. Y es dinero” afirma un agente medioambiental. La gestión del lobo en Zamora, con 45 manadas y más de 400 lobos, y con su ardiente polémica, es seguida con interés en todas partes.

“CUANDO LOS ANIMALES ESTÁN TRANQUILOS ES UN FESTIVAL DE OBSERVACIÓN Y DE LA NATURALEZA”

Otro frente abierto tiene que ver con el ecoturismo del lobo, la contemplación de la especie viva en su medio que, por la naturaleza del animal y el afán de procurar o conseguir el avistamiento, lleva a veces a intromisiones o cebas de fricción social. La Culebra, como no, también se alza como epicentro de este turismo que genera riqueza a no pocos ramos de la sociedad .

El responsable de Lobishome, Carlos Soria, uno de tantos asentados en La Culebra e involucrado en el turismo ligado al lobo, coincide con el resto del gremio en la necesidad de que la Administración saque adelante una regulación de la actividad porque ahora mismo el avistamiento del predador es de locura. “En parte es porque se proyecta el turismo de naturaleza como un safari, cuando no es un parque temático o un show ni los lobos tiene que ir a olisquear los zapatos a nadie”. “Si es Reserva de la Biosfera que empiecen a regular ya porque se lo cargan entre todos. Los animales están que se les sale el corazón por la boca. El año pasado se dejaron de ver los cachorros y prácticamente a los progenitores porque se vieron obligados a esconder a las crías. Cuando los animales están tranquilos es un festival de observación y de naturaleza” dice Soria.