El pueblo de Fuentesaúco rindió el sábado a la médico Pilar Utrilla Mainz un caluroso homenaje, promovido por la Cofradía de Las Águedas, en reconocimiento a los servicios prestados y a su firme compromiso con la sociedad y la villa. En su nombre fue instalado un conjunto histórico, formado por un monolito de piedra donde emergen dos manos abiertas, que vienen a representar de un modo simbólico la acogida y la ayuda de la que hizo gala Pilar Utrilla en su vida profesional y, al mismo tiempo, la significación de un pueblo saucano receptivo con lo que llaman a su puerta y acogedor.

Una parte del homenaje tuvo lugar en la plaza de toros, con unas 300 personas asistentes que siguieron en todo momento las medias higiénico-sanitarias, con la intervención de varias personas que dieron fe de las atenciones médicas de Pilar Utrilla.

Quienes no pudieron estar presentes en el acto transmitieron en vídeo su reconocimiento, como fue una veintena de compañeros de profesión. La propia familia también emitió un vídeo que venía a ser la trayectoria de una personas que hizo gala de una vida generosa y humana. Hasta el propio marido tomó la palabra en una ocasión tan memorable y cargada de emociones.

También se hizo entrega a la homenajeada de unos regalos que recibió cargada de emoción. El conjunto escultórico fue sufragado por las águedas y mediante una cuestación popular que contó con la generosidad absoluta del pueblo saucano. La música corrió a cargo de los dulzaineros de Fuentesaúco, algunos de los cuales se desplazaron desde sus lugares de trabajo o residencia actual ex profeso para tomar parte en un homenaje tan cargado de gratitud y humanismo.

En los actos también estuvo presente el alcalde del municipio, Eduardo Folgado. El Ayuntamiento colaboró haciendo posible las autorizaciones para llevar adelante la iniciativa de la cofradía de Águedas, que también aprovecharon para inmortalizarse en una foto con la homenajeada.