La muerte de dos hurones por atropello en la recta de la ZA-610, que une la capital con Moraleja del Vino, ha sido puesto en conocimiento del Seprona por si se trata de animales “escapados de una granja”.

El doctor en Ciencias Biológicas, Javier Morales, que recorre esta vía con frecuencia y tropieza con esta realidad, señala que “ los hurones son una variedad de turones domesticados y morfológicamente casi indistinguibles de las variedades silvestres, siendo utilizados como cazadores de conejos y más recientemente como mascotas. En ambos casos los dueños deben contar con una autorización administrativa y una cartilla sanitaria”.

Destaca que “los mustélidos como los turones o los visones aunque prefieren las riberas también pueden ocupar zonas de matorrales y mosaicos de cultivos con herbazales. Donde pueden encontrar tanto zonas de refugio como alimento; en concreto la presencia de topillos es un factor actual de atracción de estos animales hacia las vías de comunicación. Con fatal desenlace en muchas ocasiones”.

Pone de relieve que “las rectas de la carretera ZA-610 son una trampa mortal para decenas de gatos y erizos a lo largo de todo el año, en gran medida porque la cercanía al asfalto de cunetas encharcadas, canales de riego y la falta de pasos específicos de fauna; lo cual es una constante en toda la provincia de Zamora”. Apunta, además, que “en las épocas estivales el impacto mortal de la misma se acrecienta debido a la mayor presencia de animales en las cunetas, jóvenes en dispersión y animales campeando territorio en busca de pareja reproductiva, y al enorme densidad de tráfico. En cuanto a este factor también es resaltable la velocidad de la gran mayoría de los vehículos, por lo general fuera de lo permitido y mucho mayor de lo recomendable”.

Señala que “el atropello simultáneo de ambos ejemplares, el día 29 de julio, probablemente por la noche dados los hábitos nocturnos de estos animales” y subraya que “la muerte en las carreteras es uno de los factores de amenaza principales para muchas especies, como es el caso de los pequeños mustélidos como turones, visones o nutrias”. Indica que “se trata de mamíferos bastante solitarios excepto en la época reproductora lo que hace pensar que se trata de una pareja en cortejo que ha muerto simultáneamente en torno al kilómetro 3 de la carretera de Moraleja (ZA-610); un paraje de cultivos de maíz y junto a una acequia de riego, lo cual, sin duda, ha sido el factor clave para que los animales se arriesgaran a subir al asfalto. Los canales de riego y la vegetación de herbácea de amplia cobertura les sirven para desplazarse por sus amplios territorios (hasta 12 kilómetros). El biólogo zamorano repara en que “los turones (Mustela putorius) son pequeños depredadores antaño abundantes en la meseta norte, pero ahora están en una situación poblacional muy incierta. Sin datos fidedignos ni censos específicos sobre la especie en toda España, se puede concluir que, dada la baja densidad de contactos de presencia que se tienen, es explicable su rareza en el medio natural, incluso en las riberas y zonas de montaña donde hace 50 años tenían sus principales hábitats. Los turones están incluidos en los catálogos autonómicos de especies protegidas o amenazadas, en aquellas dónde existe que no es el caso de Castilla y León, a nivel de “vulnerable a la extinción” pero no tiene una adecuada catalogación como “Casi amenazado” en el Listado de Especies Protegidas de España debido a las grandes lagunas de información que existen sobre la especie.

El hecho de que el atropello de los hurones tuviera lugar en un lugar tan inusual para los turones fue por lo que ha sido puesto en conocimiento de la Guardia Civil.