El fenómeno de las ganaderías trashumantes que ascienden hasta los pastos serranos de la Alta Sanabria siguen ofreciendo su imagen por las cañadas de Sanabria-Carballeda, y en esta ocasión ha tocado el turno al ganado ovino, que sigue los paso del vacuno y del caballar.

Los tres pastores alistanos Tomás García, José María Leal y Javier Parra reanudaron ayer el último trecho del camino guiando una cabaña de casi 4.000 ovejas por el cordel sanabrés, desde Sampil en dirección a la Sierra Segundera, donde pasarán lo que resta de verano.

El rebaño trashumante ha pasado tres días de calor en el camino y aún le queda una cuarta jornada antes de llegar al altiplano sanabrés. Los ganados trashumantes han tardado más de lo habitual, casi una semana más, en dirigirse a los puertos de verano donde se alimentará la cabaña. Tras sestear en El Puente, comenzaba el ascenso a los pastos de Aciberos, en el término municipal de Aciberos.

Estos tres pastores andantes de Vega de Nuez, El Poyo y Gallegos resisten el paso del tiempo y siguen como antaño con el rebaño, un oficio al que todos apuntan que le queda poco futuro. “Cada vez quitan más ovejas” reconoce Tomás Blanco, uno de los tres pastores que conduce al ganado. “Este año no llegamos a las 4.000 cabezas” expresa. El pasto ha aguantado más en su comarca de procedencia hasta que se ha secado, aunque el panorama en Sanabria no es mejor y, según afirma, “está todo muy seco y casi no hay comida en el camino”.

Este martes cruzaron Puebla de Sanabria en medio de una gran expectación de vecinos y turistas que no pueden menos que admirar el fenómeno y vivir unas especiales sensaciones mesteñas. Es el paso más vistoso, aunque el paso más complicado está un kilómetro más adelante, al tener que recorrer un ciento de metros por la carretera de Castellanos al Lago.

En este tramo dos patrullas de la Guardia Civil están presentes porque tienen que cortar el tráfico en el punto en que la carretera se comió la cañada y donde, una vez más, ha desaparecido la señalización de vía pecuaria, que obliga a la precaución de los automovilistas y a ceder el paso. O mejor conducir a paso de oveja.

Las señales inexplicablemente se han sustituido por las de fauna, aunque el concepto de seguridad vial es totalmente diferente. Dos ciervas que pasan habitualmente por esta zona huyen a la carrera con tanto ajetreo. Una decena de personas, niños y adultos, acompaña el recorrido. “Todos, sobrinos míos” dice Tomás.

La cañada o cordel, esa vía pecuaria protegida que discurre entre las comarcas de la Sierra de la Culebra y el parque Natural del Lago de Sanabria y Sierras Segundera y de Porto, que llevan el apellido de Reserva de la Biosfera y corredor ecológico de primer orden “está sin limpiar”.

La misma queja han trasladado los pastores y ganaderos de las yeguadas y las vacadas de la comarca, dando fe de que una cosas son las palabras y otra los hechos. Al calor se suma la fatiga visible en los rostros de los pastores más veteranos. Y aunque la ganadería trashumante va a menos “yo no me canso”, reconoce Tomás, el más joven de los tres pastores.