La rapidez de los medios de extinción de incendios es un factor clave para evitar su propagación y su extensión por el terreno, para que causen el menor daño posible. Aunque algunos factores meteorológicos pueden jugar en contra, como el viento racheado o las altas temperaturas, y otros elementos como una orografía complicada, la mayor parte de los fuegos forestales que surgen en la provincia se quedan en conatos -menos de una hectárea- y es en gran parte gracias a la eficacia en la respuesta de los medios de extinción de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, y de los medios de apoyo del Ministerio de Medio Ambiente cuando también se requiere su intervención.

Por eso hay medios terrestres y aéreos desplegados en distintas comarcas de la provincia que pretenden dar cobertura a todo el territorio, y en especial a la zona oeste, la que acumula el mayor número de siniestros.

Los datos estadísticos recogidos por Protección Civil a lo largo de una década muestran que en 34% de los siniestros, la llegada de los primeros medios de extinción se produce antes de 15 minutos desde que el incendio ha sido detectado. Esta cifra sube hasta el 80% de los incendios durante los primeros 45 minutos desde su detección.

En el caso de los medios terrestres, este estudio refleja que suelen llegar en los primeros 30 minutos tras la detección del fuego en la mayoría de los casos (67%), y en más de un 91% de los casos se llega antes de una hora, unas cifras que dan idea de la eficiente distribución por el territorio de los recursos disponibles. Dicho informe ha sido elaborado con datos recabados de todos los incendios forestales ocurridos en el territorio nacional entre 2006 y 2015.

Sin embargo, los primeros en llegar suelen ser los medios aéreos. De hecho, los datos históricos sobre estadísticas relativas a incendios forestales demuestran que la incorporación de los helicópteros a las tareas de extinción marcó un antes y un después en la gestión de los incendios, al permitir no solo un mayor potencial extintor con descargas de agua, sino también una llegada más rápida al lugar del siniestro. Esto explicaría -entre otras razones- que el crecimiento de la cantidad de superficie afectada por incendios forestales, que fue progresivo a lo largo del siglo XX, se frenara en los años 90 coincidiendo con la elevada incorporación de estos medios en esa década, y se frenara a principios del siglo XXI. Las aeronaves intervienen en un 20% de los siniestros, según el mismo estudio de Protección Civil.

En el caso de Zamora, los primeros medios en actuar suelen ser los de la Junta de Castilla y León, y en ocasiones también los del Consorcio Provincial de Bomberos. Estos últimos suelen cobrar mayor relevancia cuando el fuego se desata en una tierra de cultivo, como viene siendo habitual en las dos últimas semanas. Cuando el siniestro es más difícil de gestionar se requiere el refuerzo de los medios del Estado.

Según la Ley de Montes la Administración General del Estado debe desplegar sus medios en apoyo a las comunidades autónomas cuando hay una simultaneidad de incendios -distintos fuegos a la vez, algo habitual en áreas geográficas con un alto número de siniestros- o por la gravedad de un siniestro, lo cual suele estar asociado a fenómenos meteorológicos adversos que originan incendios de potencial elevado. En la provincia del Zamora, el ministerio tiene dos aviones anfibios de capacidad media en la base de Rosinos de la Requejada.

Sin embargo, es frecuente que en caso de gravedad o simultaneidad lleguen otros medios procedentes de las provincias de Salamanca y de León, lo que incluye no solo efectivos aéreos sino también humanos, como las denominadas BRIF -Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales-, que las hay de dos tipos. Las BRIF-A están constituidas por un jefe de brigada al mando de dos cuadrillas de siete especialistas y un capataz. Las BRIF-B están integradas por un jefe de brigada, un capataz y siete especialistas. En ambos casos se trasladan en helicóptero.

Otro dato curioso que se desprende del informe de Protección Civil es que el método más frecuente de detección de los incendios son las llamadas al 1-1-2, el teléfono de emergencias, que permiten llegar a los incendios forestales en un 33% de los casos. Los otros dos tercios de los incendios son detectados por los vigilantes fijos que otean los montes de las torres en distintos picos, por agentes forestales, por vigilantes móviles y una minoría se divisan desde una aeronave, normalmente cuando esta se encuentra actuando en otro siniestro.