Seis meses después de que China comunicara la existencia de un nuevo virus muy contagioso para los humanos -el SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19-, las autoridades sanitarias del gigante asiático hacen temblar al mundo otra vez al advertir de la existencia de una nueva cepa de gripe porcina que tiene el potencial de contagiar a los humanos.

En pocas horas, la noticia ha dado la vuelta al planeta y ha hecho temer a gran parte de la población mundial por la potencial aparición de una nueva pandemia cuando aún no hemos salido del COVID-19, que está dejando consecuencias devastadoras para la salud y la economía. Sin embargo, los expertos en la materia quieren rebajar este temor, ya que la amenaza es muy pequeña, por ahora. Para empezar, esta cepa de gripe porcina, llamada G4 EA H1N1 no ha sido identificada recientemente, sino hace al menos dos años, y es una más de las 179 cepas de gripe que afectan a los cerdos. Fue descubierta gracias a un programa de vigilancia de los virus que afectan al ganado porcino puesto en marcha por las autoridades chinas después de que otra cepa de gripe mutara y saltara a los humanos causando la pandemia de gripe A de 2009.

Como consecuencia, los chinos analizaron entre 2011 y 2018 muestras de las vías respiratorias de más de 30.000 cerdos de distintas provincias de China que les permitieron identificar 179 diferentes cepas de gripe. Recientemente se ha detectado la capacidad zoonótica del virus, esto significa que no solo puede contagiar a los cerdos sino también a los humanos.

Sin embargo, esto no quiere decir que el virus vaya a expandirse necesariamente entre la población humana, según Pedro García Calderón, veterinario especializado en porcino y miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Veterinarios de Zamora: “esta cepa puede pasar de cerdos a humanos, pero no se ha demostrado que pueda pasar de un humano a otro, que es la condición necesaria para que derive en una pandemia”, explica el experto. Por ahora, “solo se ha detectado el virus entre trabajadores de granjas y mataderos, personas que han estado en contacto directo con cerdos, y en nadie más”, a pesar de que la cepa existe desde hace al menos dos años, cuando concluyó el estudio desarrollado en 10 provincias chinas.

Para mayor tranquilidad, García Calderón recuerda que todos los trabajadores en los que se ha detectado el virus G4 EA H1N1 “no presentaban ningún síntoma, solo sabemos que la tienen porque se han sometido a un test como parte del estudio”, es decir, que a día de hoy no es una cepa que haga enfermar a los seres humanos. De la misma manera, “puede haber otros virus que son zoonóticos y lo desconocemos, porque tampoco nos afectan”.

Todos estos llamamientos a la tranquilidad son ciertos a día de hoy, lo cual no significa que “mañana pueda volver a mutar y se transmita entre personas”, advierte el propio García Calderón. Esto es algo que ha sucedido infinidad de veces con multitud de virus de animales a lo largo de la historia de la humanidad, de ahí la importancia de este tipo de estudios que permiten comprender mejor la evolución de las distintas cepas en la cabaña ganadera.

Pero a día de hoy nada ha cambiado entre nuestros cerdos. Los consumidores no tienen que dejar de comer carne de porcino, ya que la gripe es una enfermedad propia de este animal y “desde siempre convivimos con muchas cepas que afectan a los cerdos”, sin consecuencia para la salud de los seres humanos. La G4 EA H1N1 no se ha detectado en Europa, pero siempre han existido en nuestro continente otras cepas similares, “igual que hay enfermedades en cerdos europeos provocadas por coronavirus”, otra subfamilia de virus a la que pertenece el causante del COVID-19 o varios virus causantes del catarro.

Por lo tanto, tampoco hay motivos para temer por la salud de un sector, el porcino, clave para Castilla y León, que en 2018 exportó 178.000 toneladas de carne al extranjero, el doble que en 2013, ya que tanto la producción como las ventas al exterior están en crecimiento, según los datos de la interprofesional Interporc. En el conjunto de España, el porcino aporta el 17,4% de la Producción Final Agraria y un 1,4% del PIB nacional, así como el 14% del Producto Interior Bruto Industrial.