Alcañices vive hoy la festividad de la Virgen de la Salud más peculiar de su historia reciente. Sin procesión y sin feria de ajos y otros productos de la tierra debido a la pandemia del COVID-19, las misas han sido la única forma de vivir el día de la patrona de Aliste, dentro del santuario mariano diocesano.

La Virgen de la Salud es la patrona de Aliste y a las distintas eucaristías del día han llegado devotos de otras localidades de la comarca, como Tola, desde donde llegó un grupo de 14 peregrinos que recorrieron andando al alba los siete kilómetros que separan su pueblo de la villa para asistir a la primera misa de la mañana, entre ellos seis niños de entre tres y 14 años. Sofía Prieto Martín era la más pequeña, y Juliana Ramajo Fernández, de 60 años, la mayor del grupo. Tras la celebración religiosa, el grupo de Tola desayunó un chocolate con churros en una cafetería cercana.

La primera misa de la jornada, oficiada por el cura alistano de Grisuela Pablo Cisneros Cisneros, que desarrolla su labor en la Unidad de Acción Pastoral de Fornillos de Aliste, fue la menos concurrida con unos 25 asistentes. A lo largo de la mañana se celebraron otras eucaristías con unos 70 fieles en cada una, cumpliendo con las restricciones de aforo de la "nueva normalidad".