La temporada alta de incendios forestales comenzaba ayer en toda Castilla y León y Zamora está preparada para combatir los fuegos con un dispositivo que emplea a más de 400 efectivos humanos, coordinados por la Junta de Castilla y León para desplazarse a cualquier lugar de la provincia donde surjan las llamas a lo largo del verano.

Sin embargo, las principales novedades de esta campaña están en las mejoras tecnológicas para avanzar en la correcta gestión del incendio y reforzar la seguridad del operativo, como son la dotación de dispositivos Smartphone para todos los agentes medioambientales y celadores con apps de apoyo, siendo así una más de sus herramientas de trabajo diarias y mejorando su seguridad y la realización tareas o el notable aumento en los periodos de prestación de las dotaciones de autobombas.

La delegada territorial de la Junta de Castilla y León en Zamora, Clara San Damián, destaca "la profesionalidad de todo el personal de la Junta que trabaja en la prevención y extinción de los incendios forestales no solo durante estos meses de peligro alto sino todo el año", asimismo, ha recordado una vez más "la importancia que tiene extremar la precaución para evitar incendios en los meses de verano, unos meses especialmente peligrosos y este año aún más, debido a las condiciones meteorológicas que ha propiciado que la vegetación sea abundante, el cuidado de nuestros montes es cosa de todos".

Por otra parte, la delegada destaca que como dijo el consejero de Fomento y Medio Ambiente "la Junta cuenta con un operativo permanente, con despliegues estratégicos en todas las provincias, pero autonómico y flexible, con plena coordinación con otras administraciones, lo que garantiza el buen funcionamiento de las labores de prevención y extinción de incendios forestales".

La Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Medio Ambiente, cuenta en Zamora para el operativo contra incendios forestales con un centro provincial de mando (CPM); cámaras de vigilancia; 18 ingenieros; 79 agentes medioambientales y celadores; 18 puestos de vigilancia; 14 autobombas (2 nuevas del año pasado y 5 tendrán una dotación nocturna para cubrir adecuadamente las horas de la noche de las zonas más conflictivas); tres helicópteros, con sus correspondientes cuadrillas helitransportadas ubicados en Villaralbo, Villardeciervos y Rosinos de la Requejada; 15 cuadrillas de tierra de tratamientos silvícolas; tres cuadrillas nocturnas (NOVEMBER) y tres retenes de maquinaria pesada en Puebla de Sanabria, Villardeciervos y Alcañices, con una segunda máquina en disponibilidad para cada retén.

A estos medios propios de Medio Ambiente se unirían en caso de necesidad los medios de Protección Civil de la Junta de Castilla y León y los bomberos, a través de convenios.

Por otro lado, el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico aporta dos aviones anfibios en Rosinos de la Requejada, un avión de coordinación (ACO) operando desde el aeropuerto de León y 1 RPAS (Remotely Piloted Aircraft System): Aeronave civil controlada de forma remota (dron) ubicada en Rabanal del Camino (León) para la toma de imágenes y medición de perímetros.

La época de peligro alto en Castilla y León se declara entre el 1 de julio y el 30 de septiembre, aunque se pueden declarar como de peligro otras épocas cuando las circunstancias climatológicas lo aconsejen. Además de las prohibiciones generales que se aplican durante todo el año (quemas de restos sin autorización, lanzamiento de cohetes, hacer hogueras o fogatas o tirar fósforos, colillas o cualquier material en ignición al suelo), durante la época de peligro alto de incendios también está prohibido el uso de maquinaria y equipos que generen o puedan generar fuego, chispas o descargas eléctricas en los montes o en la franja de 400 metros alrededor de estos (con la excepción de trabajos de mantenimiento o reparación de infraestructuras públicas, servicio de energía eléctrica, gas natural y telecomunicaciones), el uso del fuego en la actividad apícola salvo el empleo de ahumadores cumpliendo ciertas condiciones de seguridad, el empleo de barbacoas y similares cuando no cuenten con autorización expresa y la quema de restos al aire libre en terrenos urbanos o urbanizables dentro de la franja de los 400 metros alrededor del monte.