"Es raro que a poco que andes por el campo no lleves alguna para casa en la ropa" expresa un agente medioambiental. Habla de garrapatas, que se agarran a los cuerpos de las personas y de los animales como clavos, y que son tan conocidas en el medio rural como los pardales, pero más temidas y repulsivas.

"Este año habrá más garrapatas porque hay mucha vegetación debido a las lluvias y a la primavera que hemos tenido. En cuanto a casos no hay más que otros años, hasta la fecha" expresa el jefe del Servicio Territorial de Sanidad, Casto López, que cifra en 59 las personas que han sido atendidas en los centros de salud de la provincia por picadura de garrapatas.

Conforme a los registros, la mayoría de los casos se han dado en la comarca de Sanabria, con 22 casos, seguida de Alistecon 13, que son los territorios con más terreno forestal.

Casto López hace especial hincapié en señalar que "las personas que sufran la picadura de garrapata vayan al Centro de Salud a que un médico o sanitario se la quite, y nunca trate de hacerlo arrancándola o echando aceite".

Luego explica el protocolo seguido por los responsables, que es enviar el ejemplar al Departamento de Parasitología de la Facultad de Farmacia de Salamanca, donde se identifica y se analiza si es portadora de enfermedad o es transmisora de alguna para, en caso positivo, aplicar el tratamiento oportuno al paciente.

Incide el jefe de Servicio de Sanidad en señalar que estos ácaros "son transmisores de enfermedades y hay que tener cuidado". "Lo principal es ir al Centro de Salud" recalca.

López repara en los aspectos, además, preventivos y expresa que "hay que salir al campo, donde hay mucha vegetación, de una manera adecuada, con zapatillas, botas y pantalón largo, porque hacerlo en bermudas es una temeridad, debido a que las garrapatas viven de la sangre de los animales que encuentran porque necesitan sangre caliente".

Un lugar apropiado para el acomodo de las garrapatas son las escobas y los piornos, en estos momentos floridos, y "las puntas de las hierbas" donde permanecen instaladas para conseguir su objetivo.

"Aprovechan el roce de las personas o de los animales para soltarse y pegarse a la ropa. Hay que estar muy atentos al meterse en el coche o al ir para casa para no llevar alguna encima" expresan desde la Guardería Medioambiental, que alude al caso dado en Salamanca, de fiebre hemorrágica Crimea-Congo (FHCC), debido a la picadura de una garrapata, para apuntar que "son palabras mayores" lo que se da con este ácaro.

La Guardería Medioambiental dispone de unas pinzas para extraerlas y los centros sanitarios cuentan con folletos explicativos de cómo son, cómo y por qué se enganchan a los cuerpos y los pasos que deben seguir los afectados por la picadura del ácaro para evitar problemas o recibir la atención médica adecuada.

Desde la Guardería Medioambiental se certifica que es un año de gran presencia de garrapatas y, al igual que los responsables de Sanidad, reparan en que las personas han estado distantes de los campos a causa de confinamiento en el que ha estado inmersa la sociedad. Una realidad que puede verse alterada de forma sobresaliente con el final de la alarma sanitaria y la posibilidad de movimientos.

Los pueblos han comenzado a recibir a los veraneantes y el campo y la naturaleza se presentan como uno de las recreaciones preferidas para gran número de personas.