Miles de pétalos de flores volvieron a cubrir la iglesia de Bermillo de Sayago. La pandemia no ha podido con una tradición que, no siendo muy antigua, se consolida en la villa sayaguesa durante la fiesta del Corpus.

Un afanoso grupo de voluntarias y voluntarios trabajaron durante toda una tarde para que la alfombra de flores y hojas estuviera preparada en la misa del domingo. Las circunstancias especiales que impone el virus obligaron a trabajar con sumo cuidado, con mascarillas y guardando la distancia de seguridad. También limitando a once la participación de personas en la creación de la alfombra, bajo la dirección de Jesús Santiago. “Es un trabajo de equipo, con colaboración y orden se hacen las cosas” precisa este maestro jubilado, destacando la labor de todas y cada una de las personas que han hecho posible, un año más, la obra de arte.

A los voluntarios que trabajaron en la alfombra se suma otra legión de vecinos que han recogido flores y hojas en el campo y los jardines, para después irlas depositando en bolsas a la puerta de la iglesia. Una vez pintado el suelo con una tiza, se fue cubriendo con las flores hasta lograr un armónico y colorido diseño. Tulipanes, rosas, geranios, hojas de roble o chopo han sido la materia prima para elaborar la alfombra de flores que, incluso en tiempos de pandemia, ha permitido celebrar la fiesta del Corpus cumpliendo una tradición que traspasa fronteras.