El oso se ha convertido en algo más que un turista o un visitante de postín en Sanabria-Carballeda, Orense y norte de Portugal. En estos territorios da fe de que habita y transita "de un lado para otro en busca de alimento" pero sin darse a ver, salvo de una forma muy recatada -capturado por foto trampeo- en Orense. En unos u otros pago deja evidencias de su deambular con huellas, excrementos y, en casos, como en Pías, invadiendo colmenares con unos modales solo atribuibles al plantígrado.

Al oso achacan los recientes ataques habidos a colmenares de las zonas lindante de la Alta Sanabria, de Villanueva y de Pías, y en Villaseco (Orense). Y también los perpetrados anteriormente a la explotación de un apicultor trashumante, ubicado entre Vigo de Sanabria y San Martín de Castañeda, que tuvo lugar el pasado verano, o en el paraje de "Las Aguzadeiras", de La Tejera, donde trabajan a pleno rendimiento las colmenas de Feli Nieto González y Baltasar Nieto González.

"Lo vieron hace unos quince días. Atacó en los colmenares. Se vio en Villanueva, luego en Villaseco de la Sierra y ha vuelto a Pías" expresa el alcalde del municipio de Pías, José María Cortés, que puso los hechos en conocimiento de la Guardería Medio Ambiental, que trata confirmar la presencia de tan sigiloso residente.

Medio Ambiente fue avisada porque la ganadería y la apicultura son dos sectores que pueden verse afectados por la presencia de un animal al que la miel le empuja a cometer todas las tropelías con tal de conseguirla, o que no repara en osadías para echar mano a las reses si vienen bien dadas.

"Hay preocupación por si ataca a vacas, terneros o a las personas" expresaba ayer una vecina de Villanueva de la Sierra, que asegura que el animal se desplaza "de un sitio a otro" para salir adelante.

Que el oso ronda el territorio es algo que está en boca de todos los habitantes, y tanto la Guardería Medioambiental como la Guardia Civil siguen con atenta los signos y a la evolución de sus movimientos.

El estudioso del oso Ramón Grande del Brío señaló ayer que en el mes de febrero "hemos localizado una pareja de osos entre Porto, Pías y Barjacoba", pero también alude a "otros posibles dos osos" en un escenario donde el gran mamífero y omnívoro es casi un habitual como es la zona de la Carballeda y la sierra de La Cabrera, con el monte de Velilla, Vega del Castillo, Carbajalinos.

El confinamiento al que ha sometido a la población y a los investigadores la pandemia del COVID-19 ha paralizado las labores de campeo, pero existen deseos de proseguir los pisteos nada más que se levanten las restricciones. Sin embargo, esta constante constatación del oso en el noroccidente de Zamora, norte de Portugal y Orense ha fortalecido la puesta en contacto y la colaboración entre todos los responsables de los Servicios de Conservación de una y otra parte para atar todos los cabos y adoptar cuantas medidas sean necesarias para la preservación de una especie que es un lujo del patrimonio natural.

El alcalde de Porto, Francisco Corrales, señala que "no tienen constancia física" de la presencia de este soberano animal en el término "pero sí a nivel comarcal". Es una afirmación que ayer mismo pudo certificar de la versión de la Guardería Medioambiental. Considera Corrales que contar con el oso "es interesante", pero teniendo en cuenta todas las connotaciones, que no solo es la atracción que tiene un ser de esta naturaleza, también sus posibles repercusiones en otros sectores. "Es fácil que aparezca el oso por Porto porque la apicultura es un sector en auge, puede haber un millar de colmenas, y huelen la miel a kilómetro, y porque hay motivos culinarios como los arándanos" señala el regidor. Apunta que de confirmarse la Guardería Medioambiental "tiene los conocimientos técnicos y las medidas a adoptar" para hacer compatible la coexistencia de unos y otros.

Del Brío, junto con Alberto Hernando, José Pinheiro, Julián Martín y la colaboración del sanabrés José Juan Álvarez, "que es un buen observador", fueron los primeros en advertir el pasado año de la presencia del oso en la zona la Tejera y en el parque natural portugués de Montesinhos, que responsables del Instituto de Conservación de la Naturaleza y las Florestas han conseguido confirmar hace unos meses.

El oso copa las atenciones en Portugal, Orense y Zamora porque es más de siglo y medio el transcurrido sin que ese omnívoro pueda considerarse un poblador de suelo fijo, a ciencia cierta, hablándose de solitarios y pasajeros procedentes de las poblaciones asturleonesas. En el Parque Natural dos Montes do Invernadeiro, en Orense, fue inmortalizado a principios de mayo por las cámaras de foto trampeo instaladas en la zona para la película "Montaña ou Morte" , que produce Felipe Lage para Zeitun Films y que dirige el cineasta Pela del Álamo.

Ramón Grande del Brío, no obstante, defiende la tesis de que el oso "nunca ha desaparecido de Zamora. Se puede considerar como estable, aunque haya fluctuaciones relacionadas con la cantidad de alimento" subrayaba ayer.

Afirma tener constancia de que el oso ha llegado a descender incluso "a Tierra de Aliste". Son datos que formarán parte de la Monografía sobre el oso que prepara junto a sus otros compañeros donde se ofrecerá "un mapa de distribución y la evolución" de la especie en los últimos tiempos.

Destaca el investigador -al que el Guarda Mayor de la Culebra Manuel Gallego calificó como "el único estudioso del lobo" por sus muchas horas echadas en el monte en pos del predador- que existe un verdadero interés por preservar el oso tanto en Zamora como en Portugal y Galicia. Y repara en las buena disposición de director de la Reserva Regional de Caza de La Culebra, Pedro Luis Ramos.

El oso es uno de los grandes ejemplares de la fauna que pobló los bosques zamoranos. Los cercados construidos para defender los colmenares, así como las gargalleras que todavía algunos conservan, y la toponimia dan fe de que las poblaciones lo tenían más que presente.

Su regreso a los feudos es la determinación que el plantígrado lleva, de momento, casi por sí mismo.