Los pueblos de Trabazos, Sejas, Rábano y Viñas se han visto obligados, muy a su pesar, a incumplir el histórico "Voto y la Concordia de las Aguas" puesto en marcha hace 306 años para buscar la ayuda divina contra la sequía. Este año no sería muy necesario, con el agua caida en primavera y los 21,7 litros en la última tormenta.

La rogativa pública del "Rincón" que se decidió hacer coincidir con la festividad de la aparición de San Miguel Arcángel (cada 8 de mayo) sobrevivió a la "Guerra del Cura" (de Sejas) hace 203 años, a la gripe española de 1918 y a la Guerra Civil de 1936 a 1939, sin embargo no ha podido celebrarse este año a causa de la crisis sanitaria global.

El 8 de mayo es un día señalado en Trabazos, en los pueblos de su contorna y en "La Raya", pues aparte del "Voto y la Concordia de las Aguas", a ello va unida la romería popular hispanolusa en honor a Nuestra Señora la Virgen de la Soledad, una de las "Siete Hermanas" de España y Portugal.

Ayer, no hubo romería, ni rogativa, ni voto, ni concordia por causas de fuerza mayor. En los últimos años la celebración se trasladó al fin de semana anterior (domingo) para favorecer la presencia de los devotos, ya que los pueblos tienen tantos vecinos como emigrantes. Tras un año sin completas, voto, concordia y rezos la próxima cita volverá al día 8 de mayo, pero no en domingo, sino en sábado al ser Año Santo. La ermita se situada en el "Camino Portugués" de la Ruta de la Plata que utilizan los peregrinos desde Sevilla a Santiago de Compostela.

La adversidad une a las civilizaciones y a los pueblos eso es un hecho acaecido desde la noche de los tiempos y eso fue lo que sucedió tras una terrorífico año 1713 donde las lluvias pasaron de largo por Aliste y durante la primavera, verano y invierno manantiales, ríos y arroyos se agotaron, "La Ribera" se quedó sin aguas de junio a noviembre, y los frutos y cosechas escasearon. Pasada la Navidad e iniciado el nuevo año los hombres y mujeres, presos de la desesperación y del hambre, llegaron a la conclusión que sólo les quedada, así rezan los manuscritos: "Implorar de la Piedad divina el socorro de las lluvias".

Tras reunirse los pueblos, concejos y parroquias de "San Lorenzo Mártir" de Sejas, "San Esteban Protomártir de Viñas, "Santa María Magdalena" de Rábano y "San Pelayo Mártir" de Trabazos, primero por separado y luego en conjunto, aprobaron el "Voto y Concordia de las Aguas".

Eran otros tiempos (épocas) donde el tiempo era oro puro más cuando miraban a unas fuentes, ríos y arroyos ya agostados en plena inverniza aventurando una primavera y un verano donde seria difícil sobrevivir sin las lluvias. A favor la unión de los vecinos, curas y pueblos, en contra que había que legalizar la rogativa y en aquella época la Vicaría de Aliste no pertenecía a la Diócesis de Astorga, sino al lejano Arzobispado de Compostela con sede oficial en la catedral de Santiago en "La Galicia".

Hubo suerte y el día 2 de marzo de 1714, siendo Arzobispo de Compostela Antonio Monroy (lo fue de 1685 a 1715), Domingo de Bustamante, entonces Vicario General de la Vicaria de Aliste, daba su aprobación al "Voto y la Concordia de las Aguas" que habría de coincidir cada año con el 8 de mayo. El entonces arzobispo había nacido en Santiago de Querétaro (Nueva España en 1634) donde fue Virrey el alistano Martín Enríquez de Almansa, hijo de los primeros Marqueses de Alcañices. Anteriormente a Compostela fue obispo de Michoacán (México).

Aunque este 2020 pasará a la historia como el primer año sin romería ni rogativa, tras haber sobrevivido ya de manera ininterrumpidamente durante 103 años, la realidad es que el momento más crítico y que pudo incluso llevar a su desaparición tenía lugar hace ya 203 años a causa de los enfrentamientos entre las autoridades civil (concejo) y religiosa (parroquia) de Viñas ya que el cura se negaba a hacer la rogativa.

El conocido como el "Pleito del Cura", así lo delatan los manuscritos de la época, afectó a los tres pueblos, Viñas, Sejas y Rábano, que tenían que desplazarse a Trabazos y los tres concejos unidos presentaron su quejas, contra el cura, a la Vicaria de Aliste, cuyo Vicario General era entonces José de Fuentes y Toro. La rogativa se mantuvo pero la realidad es que en 1711, 1712 y 1713 los devotos de Viñas se desplazaron a Trabazos pero no con sus imágenes sino acompañando a las de Rábano y Sejas: "Por la resistencia del actual párroco de Viñas se había omitido dicha procesión y rogativa pública de alguno años a esta parte, faltando al cumplimiento de dicha concordia y voto".

El Vicario General tomaba una decisión salomónica para contentar al cura y a los feligreses ante la tensión existente y evitar males mayores. En primer lugar el Arzobispado de Compostela obligaba al párroco a hacer la rogativa y a los devotos a cumplir unas normas consensuadas por todos. Las procesiones de Viñas, Rábano y Sejas deberían de hacer el camino hasta Trabazos con "devoción y compostura". Se acababa lo de ir cada uno por su lado. Nada más salir de sus respectivas iglesias los feligreses se tendrían que posicionar "en dos filas en orden y concierto", primero los hombres y tras ellos las mujeres, portando ellas a "La Magdalena" y la "Virgen María" y ellos a "San Esteban" y a San Lorenzo. Lloviera o hiciera sol, las mujeres si podían ir ataviadas con su negros "Pañuelos Portugueses", pero los seglares habían de llevar la cabeza descubierta: ningún hombre podría cubrirse con sombrero o la ancestral montera alistana. Antes del anochecer habían de haber regresado las procesiones.

Pues aun así, el cura de Viñas obedecía a sus superiores, pero no ocultaba su malestar. Fue entonces cuando el Vicario General le asentó un golpe "mortal" de necesidad: si él no quería participar podría presidir la procesión cualquier otro párroco de la Vicaria de Aliste. A partir de 1817 se estableció que cada año, por roda, cada año oficiara la misa el cura de un pueblo, honor que tuvo de iniciar el de Sejas. Eso si la eucaristía la preside siempre el de Trabazos.

Las "Memorias del Arzobispado de Compostela" del año 1607, a cuya Jurisdicción de Santiago pertenecieron Aliste y Alba desde el siglo XIII hasta 1888, nos acercan al primer dato fiable sobre la existencia de ermitas en Trabazos: una de ""San Roque" y otra de los "Mártires Fabián y Sebastián" que fue demolida hacia 1800 "Que existe profanada hace muchos años ahora a las afueras del pueblo". La que desde el año 1600 estaba dedica a San Roque es la que ahora conocemos como de la "Virgen de la Soledad". Su santificación como tal no llegaría hasta el año 1707 con la imagen de Nuestra Señora. El escultor cobro por la tala 80 reales.

La celebración mariana obviamente también tenía su propia cofradía de "La Soledad", relacionada a su vez con la Semana Santa, cuyas festividades originales eran el día 1 de abril, Nuestra Señora de los Dolores, y el 14 de septiembre, Santa Cruz. En sus festividad, así se reflejó en 1719, a los cofrades se le daba una colación a base de pescado, congrio y pulpo, además de pan y garbanzos con huevos, aceite y especias.

Aparte de buscar la protección divina con las lluvias no podían faltar las gracias espirituales. Las primeras llegaron de la mano del Papa Inocencio XII, pero prácticamente se perdieron a causa de las incursiones guerreras de los portugueses en Aliste y hubieron de ser reafirmadas por el sumo pontífice Pío VII el día 24 de abril de 1804: al estar las originales "Rotas y elegibles a causa de diversos infortunios". Hay que destacar entre las indulgencias colaterales aquellas que obtenían quienes acogieran en su casas a los pobres y peregrinos que pasaban por Trabazos a través del "camino Portugués" de la Ruta de la Plata para postrarse ante la tumba del apóstol en Santiago.