En los tiempos que corren, los pueblos corren el riesgo de ver aún más mermados los servicios que llegan a sus habitantes. De ahí que, en medio de la crisis, convenga reconocer la importancia de quienes se mantienen al pie del cañón en el medio rural, asumiendo cierto riesgo para limitar el de los demás.

En Andavías, Antonio Orozco Malillos o Currito, como le llaman muchos, es una de esas personas que ha decidido dar la cara en plena pandemia para mantener abierta su tienda de alimentación y atender, con las debidas medidas de protección y seguridad, a toda su clientela.

Conmovidos por esa labor, los habitantes de Andavías se reunieron en un grupo de Whatsapp para buscar la manera de darles las gracias a su vecino y amigo. Así surgió la idea de montar un vídeo con fotografías en las que los andavianos mandan sus mensajes a Currito a través de carteles.

Durante casi cinco minutos, decenas de vecinos de este pueblo de apenas 440 habitantes muestran su gratitud ante una labor muchas veces ingrata, que ahora cobra importancia en un contexto en el que el medio rural intenta mantenerse lo más ajeno posible a la pandemia.