El aislamiento social impuesto por el Estado de Alarma sorprendió a la concejala de Asturianos, Yolanda Díez Panero, en su segunda residencia en Entrepeñas, anejo del municipio de Asturianos. La familia visita asiduamente el pueblo anejo de Asturianos y ese fin de semana del del 15 de marzo, el matrimonio y sus dos hijas se encontraban en el pueblo.

En lugar de regresar a su residencia habitual en Zamora, la familia decidió quedarse en Entrepeñas y convertirse en voluntarios para todas las tareas que fueran necesarias para ayudar a los vecinos. "En el Ayuntamiento prácticamente todos los concejales son mayores y población de riesgo", señala Yolanda Díez, una situación que también se refleja entre la comunidad vecinal de Entrepeñas donde están censadas 50 personas, residentes hay algunos menos, y la mayoría son personas de edad y población de riesgo.

A lo largo de estas semanas de confinamiento, su marido ha realizado labores de desinfección de calles, puertas, fuentes y contenedores con el cloro suministrado por el Ayuntamiento. Igual de importante es atender las necesidades de los vecinos, desde los medicamentos de la farmacia, las compras en el supermercado e incluso acercar a alguien al médico. El matrimonio contacta telefónicamente con los vecinos que viven en el pueblo.

Todos tienen o bien teléfono fijo o bien móvil con los que poder localizarles "Si no nos llaman directamente a nosotros para encargarnos algo, llamamos nosotros al menos una vez para ver cómo están y si necesitan algo". Los vecinos están pendientes unos de otros, en esta situación.

A esta labor de voluntariado hay que sumar la labor profesional de Yolanda Díez. Desde el pueblo ha seguido con su labor docente, no sin dificultad.

Con una "tablet" y un móvil ha tratado de seguir con las clases a sus alumnos de Secundaria. El inesperado confinamiento impidió que cogiera su ordenador portátil. Algunos alumnos le han comentado que "echan de menos ir a clase". Con los escasos recursos tecnológicos a su disposición ha tratado de que los alumnos siguieran con sus lecciones.

Sus dos hijas han continuado también con sus clases vía móvil y vía tablet y compartiendo datos hasta que han podido solucionar la disponibilidad de datos en los móviles de las dos niñas. La cobertura de telefonía e Internet sigue siendo el problema generalizado en los pueblos y la asignatura suspensa para las operadoras.

Este jueves entregó las notas a sus alumnos por correo electrónico, previa reunión "virtual" del Claustro de profesores de su centro y el desarrollo de la reunión de evaluación por videoconferencia, a través de la aplicación MEET, con el añadido de las interrupciones por cortes de cobertura. Hasta las dos de la mañana hubo intercambio de archivos entre el profesorado para entregar a tiempo la evaluación a cada alumno de sus cursos de Secundaria.

El tutor, como es su caso, tiene que revisar que la evaluación e incorporar las modificaciones que entregue cada profesor y volver a cotejar que las notas coinciden, comparando a través del móvil y la "tablet". "En descargar un solo archivo estaba tardando veinte minutos. Si descargo varios al mismo tiempo se bloquea".

Para evitar interrupciones, por cortes en la cobertura, Yolanda Díez tuvo que subir a la planta alta del edificio de la casa de Entrepeñas. Aun así hubo cortes no por el factor humano, sino por el factor tecnológico. La mayor parte de los padres de los alumnos han respondido al correo, corroborando que han recibido telemáticamente las notas. El tiempo confinados en la casa, aunquea sea en un pueblo, se hace largo sobre todo para las jóvenes de la familia.

Comienzan las vacaciones de Semana Santa para alumnos y profesores recogidos en casa. En esta evaluación, las nuevas tecnologías puestas a prueba entre la comunidad educativa, reciben un sobresaliente "cate" en el medio rural lo que hace inviable un modelo educativo basado en las TICs como algún colectivo de la Educación ya ha aventurado.