El cierre de las fronteras decretado para contener la expansión de la pandemia va a impedir que los profesionales del esquileo lleguen a España y en las explotaciones ovinas, según informa COAG Castilla y León, "comienzan a temerse lo peor". La región necesita anualmente unos 150 profesionales (350 España) y apenas cuenta con 20, según fuentes del sector. COAG señala que "la cabaña ovina necesita imperiosamente un esquileo, y en ocasiones dos, al año para garantizarse su sanidad. La lana es un nido de gérmenes que puede infectar toda la granja. Además, la capacidad productiva de un animal merma considerablemente en condiciones de precaria sanidad (contrae enfermedades como sarna y roña) y las medidas de bienestar animal son de imposible cumplimiento sin que el animal esté pelado y aseado". "En las granjas de ovino los problemas llueven sobre mojado, porque ya están sufriendo los efectos secundarios del cierre de restaurantes que hunden el consumo de lechazos y por ende, se hacinan en las naves ganaderas sin horizontes precisos para lograr la descongestión" dice COAG.