"¿Qué podemos hacer desde aquí?". La pregunta bullía en la cabeza de María Teresa Escalante. Abrumada por las noticias sobre la falta de medios de protección en hospitales y residencias, donde los sanitarios combaten en primera línea contra la pandemia del coronavirus, esta vecina de Aspariegos pensó que podían poner a disposición de la causa material y conocimientos de costura para aliviar las tremendas carencias. Y fue así como lanzó la idea entre los grupos de WhatsApp que tienen en el pueblo, tanto del coro como de actividades en talleres o gimnasia.

La respuesta fue inmediata y un grupo de vecinas de Aspariegos se pusieron manos a la obra confeccionando mascarillas con telas de algodón. Rompieron sábanas, manteles, bolsas de fieltro o lo que fuera útil, buscaron gomas en casa y otras piezas proporcionadas por antiguo tendero del pueblo y pusieron a funcionar las máquinas de coser. Así, hasta confeccionar más de 350 mascarillas que se han repartido entre Cruz Roja, la Residencia de Monfarracinos o el matadero de Zamora. "Hemos roto todo lo que teníamos -cuenta María Teresa-, pero la causa lo merece".

La tarea no terminó con las mascarillas; viendo que la cadena funcionaba, el siguiente paso ha sido la confección de batas de plástico. A través de dos enfermeras vecinas del pueblo han conseguido el material, han cortado los patrones y las cosedoras se han puesto manos a la obra. Hicieron primeros unas 50 batas, cuyo destino ha sido la Residencia de Coreses y el Hospital Virgen de la Concha

Y la producción continúa después de haber conseguido una bovina de plástico, donada por la Industrial Ferretera de Zamora. Con el nuevo material han salido unas 170 batas más que la enfermera del pueblo se encargará de enviar a los centros con más necesidades. El Hospital, ambulancias, residencias de la tercera edad. La demanda de medios de protección no cesa en el apogeo de la pandemia y estas vecinas de Aspariegos quieren aportar su granito de arena en medio del océano de necesidades que ha creado la emergencia sanitaria del coronavirus.

"Esto nos afecta a todos, trabajamos como si fuera una economía de guerra, cada uno ponemos lo que tenemos y ahora contamos con todo el tiempo del mundo" opina María Teresa. Este grupo de voluntariosas costureras se suma a la incesante cascada de muestras de solidaridad; en este caso el gesto llega desde un pequeño pueblo de Zamora donde las máquinas de coser funcionan a una velocidad insospechada.

Cada una en su casa, granito a granito, "sumando y luchando por lo verdaderamente importante, que es la salud. Es una pena que las redes sociales, que son muy buenas para muchas cosas, estén siendo tan dañinas con mensajes que no ayudan nada. Es el momento de estar todos a una, de centrarnos en ayudar y olvidar las rencillas". Palabra de Encarna, otra de las voluntarias de esta hermosa cadena de favores surgida en Aspariegos.