Los agentes de la Guardia Civil han pasado de tener "mano izquierda" a usar la mano derecha para cumplimentar al menos 60 boletines de denuncia por el incumplimiento del confinamiento sanitario, tras la declaración del Estado de Alarma. La Benemérita de Sanabria ha cumplimentado al menos medio centenar de multas a ciudadanos de los pueblos que se han saltado la prohibición de salir a la calle. Otra decena de denuncias se han tramitado en la zona de Carballeda por el mismo motivo. Los controles se intensificaron desde este lunes en puntos como Puebla, El Puente, Mombuey o Rionegro, al comienzo de la segunda semana de confinamiento de la población.

La picaresca está a la orden del día desde los visitantes asiduos de dos y tres veces diarias al supermercado, hasta algún ciclista que ha aprovechado para hacer la ruta diaria con las carreteras locales casi vacías, o por incumplir la orden de una sola persona por vehículo.

El equipo de la Diputación provincial realizaba labores de desinfección en los cuarteles, como el de Mombuey, como medida de prevención.

Y a la picaresca hay que sumar el desafío a la autoridad "que siempre hay un tonto en el pueblo que no hace caso, y es por su bien no por el nuestro que estamos expuestos y no sabemos si somos portadores o nos van a contagiar a nosotros" señalan responsables de la vigilancia de que el confinamiento se cumpla.

La mayor parte de los residentes de los 128 pueblos están confinados en sus casas, salvo Escuredo y Gusandanos donde ahora no vive nadie, rehuyendo el contacto con los vecinos que se han desplazado de otras comunidades para sortear la cuarentena en "el pueblo". El corral, el jardín, el patio y la puerta de casa es la única excursión posible para evitar denuncias, para aguantar el confinamiento sin salir a una vía pública.

Los vecinos no asisten, por prohibición expresa, a ningún entierro estas semanas. Al menos se han celebrado ocho inhumaciones en los últimos 10 días, fallecimientos que se han producido por diferentes causas y no necesariamente por COVID-19. Desde la semana pasada estos entierros se han realizado en los cementerios de Rionegrito, Avedillo, Santa Colomba de Sanabria, San Salvador de Palazuelo, Asturianos, Robleda, Pedralba de Pradería y Doney de la Requejada por el traslado de personas fallecidas fuera de la comunidad, Madrid fundamentalmente, con la única presencia de algún familiar.

Las medidas de desinfección de los féretros son estrictas, aunque en algunos casos se ha solicitado equipos de protección individual para el personal de funerarias a la Consejería de Sanidad, en especial trajes de protección y mascarillas. desde Sanidad se han trasladado estrictas normas para la inhumación de fallecidos ante la situación.

Como ha ocurrido con otros colectivos, la falta de mascarillas se suple con la fabricación de mascarillas propias. La principal fuente de contagio no son los féretros, "que llegan desinfectados y vienen precintados" y antes de bajarlos del coche se vuelve a desinfectar, como señalan desde la comarca. El riesgo de contagio está en las personas que se desplazan desde otros lugares que sí pueden ser portadores, de ahí la limitación de personas que pueden asistir al sepelio.

En estos momentos se opta por la incineración, ante la imposibilidad celebrar un acto de funeral que permita "una despedida digna y un enterramiento digno". El motivo no es otro que, cuando cese el Estado de Alarma, poder oficiar los funerales con la presencia de la familia. Las despedidas son muy solitarias "una o dos personas y ni un ramo de flores porque las floristerías están cerradas" señalan profesionales consultados.

"Los familiares están muy concienciados y saben que si vienen a un entierro pueden contagiar el coronavirus, que sería un desastre para estos pueblos" apuntan fuentes funerarias. En una comarca como la de Sanabria y Carballeda la llegada de esta pandemia puede ser catastrófica porque los residentes son personas muy mayores, en la mayoría de los pueblos.

No consta hasta la fecha ningún enterramiento de residentes fallecidos en las últimas fechas en los pueblos por COVID -19.