La crisis sanitaria global originada por la pandemia del coronavirus obligaba ayer martes al grupo empresarial Cupa 4 a decretar, mientras dure el estado de alarma, el cierre temporal de la producción pizarrera más importante de la provincia de Zamora y una de las más emblemáticas de España, "Anabel", que sus dos filiales Pizarras El Sol y Pizarras la Luz desarrollan desde hace unos diez años en Abejera de Tábara y Riofrío de Aliste.

La medida afecta a alrededor de 200 trabajadores directos e indirectos. Solamente en la planta de elaboración ubicada en el paraje de Valdete, junto al río Frío", trabajan un total 108 personas, a lo que hay que sumar los trabajadores de la cantera propiamente dicha y los transportistas que evacuan la pizarra, una vez elaborada, por toda Europa.

Otras empresas del sector que también ha paralizado su actividad son Tres Cuñados, Cafersa, Pizarras Gallegas y Cufica.

Aparte del objetivo principal, garantizar la salud de los trabajadores, el estado de alarma origina otros efectos colaterales como las dificultades para transportar las pizarras fuera de España.

Para Germán Matellán Fernández, alcalde del Ayuntamiento de Riofrío, tras analizar la situación con los responsables de la empresa pizarrera afirma que: "La situación de estado de alarma ha obligado al cierre temporal, no hay otro remedio, hay que garantizar la salud de todos los trabajadores, y ahora solamente queda esperar que esto pase y pueda volver a reanudar de nuevo su actividad porque genera mucho empleo y alrededor de 120 familias viven directamente de la pizarrera, la mayoría alistanas. De nuestro municipio hay trabajadores de los cuatro pueblos, Abejera, Sarracín, Riofrío y Cabañas, y en muchos casos trabajan el marido y la mujer".

Se trata de la única cantera de pizarra que permanece abierta en la comarca de Aliste tras la burbuja pizarrera que llevó a abrir y luego cerrar las de Flechas, Mahíde y Palazuelo de las Cueva. Antaño hubo otra explotación con cantera en Fradellos (junto al río Cebal) y planta en Bercianos (junto al Aliste).

Pizarras La Luz se autodefine como "una joven empresa compuesta por un equipo con una sólida experiencia en el sector de la construcción y la pizarra", aseverando así mismo que "nuestra pizarra natural de Zamora es un producto excepcional por su características técnicas y estéticas" que destaca por su tonalidad negra y alta homogeneidad cromática y por sus láminas finas y gran planitud. La cantera "Anabel" explotada desde el año 2000 se caracteriza por "sus grandes reservas de pizarra de muy alta calidad. El tamaño de nuestra concesión nos permite garantizar el suministro a nuestros clientes" con cuatro modelos diferentes, rectangular, cuadrado, serrado y redonda "de máxima calidad certificada por las principales instituciones europas"..

Las canteras y la pizarra han formado parte de la historia de Aliste desde la antigüedad, aunque su explotación a escala industrial comenzaba en Riofrío en el año 1968 a cargo de "Prasa" (Pizarras de Riofrío de Aliste Sociedad Anónima), que mantuvo su actividad hasta 1983. Tras reanudarse la extracción se mantuvo en auge hasta que en 2010 el grupo Pizarras Riofrío (fundado por el empresario leonés Plácido Carreras Fernández en 1993), con unas deudas de alrededor de 40 millones de euros y en medio de un ERE, era intervenido por el Juzgado Mercantil de León. Fue luego adquirida por el Cupa Group de Orense, líder del sector pizarrero en España, por más de 8 millones de euros. El grupo gallego creó Pizarras La Luz (para la planta de Riofrío) y Pizarras El Sol (para la cantera de Abejera).

En la adjudicación se incluyó tanto el yacimiento pizarrero como las dos plantas de elaboración y la escombrera, así como el contrato de cesión o arrendamiento de terrenos entre Pizarras Riofrío y el ayuntamiento. El último acuerdo rubricado con el Ayuntamiento de Riofrío se extiende a un período de 30 años, de los cuales restarían en torno a diez, a razón de unos 27.600 euros anuales repartidos en 12 mensualidades de 2.300. En los últimos años han plantado alrededor de 20.000 árboles y arbustos en la escombrera.

Días pasados empleados de pizarreras gallegas aseveraban que: "La salud es lo primero, no la economía y las ganancias. Está muy claro que la pizarra no es un producto de primera necesidad y por ello no tiene sentido seguir trabajando y produciendo".

Asimismo se incidía en que "tenemos el problema de la silicosis que es una de las enfermedades propias del sector de la minería y de la pizarra que juega en contra del impacto que tendría el coronavirus. Tenemos miedo, estamos asustados".

Víctor Cobo, presidente de la Federación Nacional de la Pizarra, señalaba días pasados, tras la reunión celebrada en Sobradelo de Valdeorras, donde se analizó la situación actual del sector pizarrero con la crisis sanitaria global originada por la pandemia del coronavirus, que "para nosotros la salud de los trabajadores es lo primero", sentenciando que "cada empresa ha elaborado protocolos de actuación adaptados a sus características específicas". Incidía Cobo en que "garantizar la salud de los trabajadores es lo primero e importante asegurar la viabilidad de las empresas y mantener los puestos de trabajo" para lo cual se estudiarán las medidas económicas aprobadas por el Gobierno de España.

Sobradelo de Valdeorras volvía acoger una reunión el pasado lunes, donde participaron alrededor del 80% de las empresas federadas, y mediante un comunicado se reconoce un "compromiso total con el cumplimiento, por parte de las pizarreras, de la legislación vigente para garantizar la salud de los trabajadores" ante la crisis originada por el coronavirus en España, a la vez que se insiste en que para hacer frente a la pandemia se están cumpliendo con la legislación vigente con los protocolos adicionales establecidos por los servicios de prevención de riesgos de cada compañía.

Uno de los grandes y graves problemas que han surgido está motivado por la nueva normativa durante el Estado de Alarma y que dificulta el acceso de los empleados de las pizarreras a sus puestos de trabajo, pues sólo puede viajar uno por automóvil particular y en el caso de furgonetas de transporte de viajeros y autobuses han de llevar solamente un tercio de su capacidad. Tanto trabajadores como empresa esperan y desean que la crisis sanitaria global pueda terminar cuanto antes para recuperar su trabajos y reanudar la actividad.