En los núcleos comerciales, como Villardeciervos, Mombuey o Lubián, los comercios han ajustado sus horarios y servicio a los pueblos, con incluso cierres de tarde. "Hay un mayor movimiento de personas, de los pueblos de la comarca de Carballeda por la mañana, que van a hacer la compra" explicaba una de las vecinas que trabaja a puerta cerrada.

Las pequeñas tiendas de los pueblos, las pocas que aún quedan, están garantizando el abastecimiento de los pueblos donde están radicadas, e incluso de los pueblos más cercanos. En el supermercado de Villardeciervos, cerrado hace unas semanas por traspaso y reabierto antes de la declaración del Estado de Alarma, las existencias de productos frescos se agotaron en pocos días. Dennis Hahn Valiente y Ainhoa Sánchez Vaquero, descendientes de Cional, abrieron el comercio bautizado con el agua del "Valdalla", el pasado día 10. Dennis, criado en Alemania, de donde regresó hace 5 años para afincarse primero en Madrid y ahora en Cional, reconoce que "ha sido una semana loca" pero la cadena con la que trabaja "garantiza el suministro".

Este misma semana estaba prevista la llegada de un pedido para reponer, productos de primera necesidad. Los productos frescos de frutas y verduras, la leche, el papel higiénico desaparecieron de las estanterías el viernes por la tarde, ante el anuncio de confinamiento. Aguantaron los productos de charcutería, galletas, pastas en general, legumbres a granel, cono explica Dennis. Las legumbres envasadas, por el contario, sí se vendieron.

Limpiar y repasar las zonas comunes y mantener una distancia entre clientes y dependientes. Es la rutina en la Tienda de Ana Victoria Lobato de Mombuey y más desde el primer caso positivo diagnosticado en el pueblo. Su horario de apertura tiene en cuenta a las personas que salen de trabajar a las 2 y a las 8 de la tarde, así abre de diez a dos y media y de seis a nueve.

Los primeros día de la cuarentena "los productos estrella, como en todos los lados se agotaron: alcohol, lejías, desinfectantes, productos de limpieza". Las cadenas que proveen estos pequeños establecimientos garantizan la reposición. Los productos frescos llegan desde la Bañeza, o bebidas desde alguno de los almacenes de Puebla. "La cadena reparte los viernes y el sábado no llega alguno tienes varios proveedores". Algunos clientes llaman por teléfono "te hacen un pedido y se lo dejas en la puerta, en un banco, para no estar en contacto". La gente "respeta las distancias en la tienda y procuran estar separados porque es una tienda pequeña". Tanto ella como la dependienta Isabel Tolbaños "desinfectamos con agua con lejía".

La tienda de comestibles de Lubián ahora hace los repartos directos a los clientes en los pueblos, cada dos semanas, y por pedido para evitar la aglomeración en las calles y plazas donde sale la gente para comprar cuando llega con la furgoneta. María Estévez Blanco atiende desde hace algo más de un año el comercio de Lubián. Depende de varios proveedores que están realizando el reparto con normalidad, además de recibir semanalmente la fruta desde Ourense. Alcohol, guantes y mascarillas desaparecieron en los primeros días, ahora "casi estamos solos".