La crisis sanitaria provocada por la enfermedad del coronavirus Covid-19 ha llevado a España y Portugal a cerrar sus fronteras para reducir al mínimo la movilidad de personas y los contagios, una medida necesaria pero no exenta de consecuencias para la economía de las localidades fronterizas en comarcas como Sayago o Aliste, donde hay lazos muy estrechos con las localidades más próximas del país vecino que ayer se veían cortados, aunque sea una situación que solo vaya a durar algunas semanas.

Las estaciones de servicio de la zona de la raya hispanolusa de Castilla y León, en las provincias de Zamora y Salamanca, han comenzado a notar ya el cierre de la frontera con Portugal al constituir los clientes lusos un pilar fundamental de su negocio, según informa Efe.

La situación la han puesto de relieve responsables de gasolineras de las principales vías de comunicación con Portugal, como la de Alcañices de la carretera Nacional 122, que enlaza con la autopista A-4 de Portugal o las de Fuentes de Oñoro (Salamanca) de la Nacional 620 que comunica con la autopista A-25 portuguesa. El gerente de la estación de servicio Fertol de Alcañices, Domingo Fernández, ha asegurado a Efe que los clientes portugueses constituyen el 60% de la facturación de su gasolinera, con el agravante de que la gran mayoría son personas que viajan en coches particulares y no en camiones. En las tres primeras horas de este martes por la mañana únicamente habían parado tres vehículos, cuando un día normal la afluencia de clientes portugueses era constante. Por ello, esta gasolinera ha pasado de tener cuatro trabajadores en cada turno a contar sólo con uno y aún así "se pasa el tiempo mirando al sol", ha asegurado, motivo por el que ha mandado a casa a once de los catorce trabajadores de esta estación de servicio y se plantea tramitar un ERTE para ellos.

El país luso apenas tiene diagnosticados unos 300 casos de COVID-19, mientras España ya se acerca a los 10.000, y por eso las autoridades portuguesas son las más interesadas en restringir el movimiento transfronterizo y ayer, segundo día con las fronteras cerradas, colocaban vigas de hormigón y hasta camiones de arena en varias de las carreteras internacionales, como la que une Fermoselle con Bemposta o la de Tres Marras, entre Alcañices y Avelanoso (Vimioso). Una mera valla metálica podría ser apartada por algún conductor, y han puesto todas las barreras físicas posibles para evitar que nadie se salte las medidas impuestas.

Horas más tarde, la Diputación de Zamora también recibía la orden del Gobierno de España de cortar todas las carreteras de su competencia que conducen a los pasos fronterizos e indicar que solo está abierto el de la N-122, entre San Martín del Pedroso y Quintanilha.

Este paso fronterizo es uno de los 9 puntos que los gobiernos de Antonio Costa y Pedro Sánchez han decidido dejar abiertos en toda la península para el transporte de mercancías, con el objetivo de asegurar el abastecimiento, y el único en toda la provincia de Zamora. También pueden cruzar la frontera por Quintanilha los ciudadanos españoles que se encuentran ahora en Portugal y quieren regresar a su país, y los portugueses que vuelven de España a su casa, lo mismo con los extranjeros con residencia legal acreditada en una de las dos naciones, y también los trabajadores que tienen su residencia a un lado de la frontera y su puesto laboral en el otro.

Zamora cuenta con un total de 15 pasos fronterizos, de los cuales se han cortado 14, obligando a estos trabajadores a conducir kilómetros de más para pasar por Quintanilha, un trayecto especialmente largo en el caso de varios ciudadanos portugueses empleados en residencias de sayaguesas.

El desplazamiento diario entre Fermoselle y Bemposta, de 15 kilómetros, se convierte en un trayecto de 195 kilómetros subiendo hasta Quintanilha y bajando de nuevo a Sayago. Los 30 kilómetros que separan la ciudad de Miranda do Douro de Bermillo de Sayago también se convierten en un recorrido de 146 kilómetros. Ante esta tesitura, muchos de los afectados están buscando ya viviendas para alquilar en la comarca sayaguesa, y quedarse a residir en España durante el tiempo que dure el estado de alarma. Las residencias de ancianos seguirán necesitando trabajadores aunque las medidas de contención se endurezcan y obliguen al cese de la actividad de otro tipo de empresas.

En Aliste también hay muchas empresas que emplean a trabajadores portugueses, y alistanos que trabajan en Braganza o sus freguesías, y aunque muchos se ven obligados a cambiar de ruta al cerrarse carreteras como la de Moveros o la de Tres Marras (Alcañices-Vimioso), la diferencia en kilómetros no es tan grande en este caso.

En cuanto al paso fronterizo de Quintanilha, las autoridades españolas y portuguesas desviaron el tráfico de la carretera N-122 y de la autovía lusa A4 para que los vehículos tengan que pasar por el antiguo trazado de la carretera. En el antiguo puente de Quintanilha, de un solo carril, es donde paran y piden la documentación a todo el que trata de cambiar de país. La Guardia Nacional Republicana se encarga de parar a los coches que van a entrar en territorio portugués y la Policía Nacional, de la unidad de extranjería de Alcañices, a los vehículos que pretenden entrar en España, aunque los dos cuerpos colaboran continuamente. Se dieron, entre otras anécdotas, el caso de un vecino de Quintanilha con doble nacionalidad que pretendía llegar al cajero automático de Trabazos, y aunque odía pasar con su documentación española, tuvo que regresar a casa a por su carnet portugués para oder pasar de vuelta al finalizar la gestión.

Los camiones, por lo general, pasan sin mayor impedimento, aunque en la bajada hacia el puente encuentran una carretera estrecha y con una curva de 90 grados, lo cual ha llevado a algunos conductores a denunciar que los controles no se efectúen en uno de los carriles de la propia autovía y en un área de descanso de la N-122.

Zamora cuenta con una docena pasos fronterizos cerrados: en Sayago el que une Fermoselle con Bemosta y el de Miranda do Douro con Badilla. En Sanabria el de Rihonor, el de Calabor con Portelo y las dos carreteras que cruzan la frontera en el término municipal de Hermisende. En Aliste se encuentran la mayor parte de las conexiones cerradas: la de Castro de Alcañices a Paradela, de Brandilanes a Ifanes, de Moveros a Constantim, de Alcañices a Avelanoso y Vimioso, el puente principal de Quintanilha, la de Villarino Manzanas a Petisqueiray la de Guadramil a Riomanzanas.