El cierre de la frontera entre España y Portugal para contener el avance de la pandemia del coronavirus COVID-19 no ha hecho una excepción en Rihonor, el pueblo de Sanabria dividido por la Raya, un barrio zamorano y otro brigantino.

Una raya que durante las últimas tres décadas era una mera división administrativa, completamente invisible, y que ahora ha vuelto a dividir este pueblo en dos. Igual que en el resto de pasos de la frontera más antigua de Europa -excepto los 9 para el cruce controlado de mercancías y trabajadores-, las autoridades portuguesas han colocado, en su lado de la frontera, vigas de hormigón para impedir el paso a cualquier conductor que pretenda cambiar de país. Las autoridades españolas también han colocado vallas metálicas y señales de "carretera cortada".

Tal y como se ha hecho en los pasos fronterizos de Fermoselle, Miranda, Alcañices o Moveros, pero con la particularidad de que esta división no es en una carretera en el monte, sino dentro de la aldea, partida de nuevo en dos. A un lado el Río de Onor portugués, al otro el Rihonor de Castilla español.