"Nosotros con lo nuestro, que es producir alimentos". Jorge Hernández, ganadero de vacas de leche en Monfarracinos, no ha roto la rutina de trabajar cada día en su explotación. La emergencia sanitaria provocada por el coronarais amenaza el tejido empresarial de los cinco continentes, pero las gentes del campo tienen que continuar labrando sus campos y cuidando a los animales para asegurar la despensa del mundo.

Hasta en la más pequeña granja de Zamora la actividad continúa. "Seguimos trabajando igual, solo que teniendo un poco más de cuidado, restringiendo las visitas, estando disponibles pero intentando que no haya tráfico de gente", explica el ganadero nada más de recibir el suministro de pienso y esperando la llegada del camión lechero. "Ahora tienes cuidado de guardar las distancias, no acercarte a las personas y con el pienso procuramos anticipar un poco los pedidos para no colapsar las fábricas y si hay restricciones que estemos servidos".

Todo funciona rodado: la recogida de la leche, el control veterinario, el abastecimiento de comida para los animales. La ganadería no distingue domingos de lunes, tampoco sabe de cuarentenas, y el estado de alarma decretado por el Gobierno tiene en cuenta la actividad de un sector estratégico que, en pleno cierre de fronteras, "puede cumplir un papel vital para la sociedad" apunta Lorenzo Rivera, representante de COAG Zamora, agricultor y ganadero de porcino.

En su granja de Peleas de Abajo se trabaja como siempre y hasta el momento sin notar los efectos de la crisis sanitaria. "La alimentación, limpieza, suministro de pienso y de materias primas que necesitan las ganaderías no se ha visto afectados, nosotros seguimos con nuestro ritmo" apunta Lorenzo Rivera. Y si estos días campo ha bajado un poco el pistón ha sido por la lluvia; en cuanto el tiempo deje, los tractores volverán a las tierras a abonar, sembrar remolacha o preparar las parcelas para el maíz. El final del invierno reactiva las labores agrarias y el sector agrícola trabaja a pleno rendimiento,

"Nosotros seguimos al pie del cañón para que los consumidores tengan garantizados los alimentos; con el cierre de fronteras puede que se resienta la llegada de alimentos desde el exterior, pero España es un país que se puede autoabastecer y aquí estamos los agricultores y ganaderos para que no haya ningún problema" argumenta Rivera.

El propio decreto por el que se declara el estado de alarma por la crisis del Covid-19 prioriza el abastecimiento y, en el artículo 15, apunta si es preciso el establecimiento de "corredores sanitarios" para permitir la entrada y salida de materias primas y productos elaborados con destino o procedentes de establecimientos en los que se produzcan alimentos, incluidas las granjas, lonjas, fábricas de pienso para alimentación animal y los mataderos".

El sector primario se erige así como un activo fundamental, especialmente cuando el tejido empresarial se ve obligado a un parón de proporciones desconocidas. "Es un momento para reflexionar; cuando hace unos días estábamos con nuestros tractores en la calle reivindicábamos que somos un sector estratégico, si el campo no produce la ciudad no come y ahora la sociedad puede reconocer la importancia de la producción agraria y de un sector muy profesionalizado que hace las cosas bien" defiende el líder de COAG.

Pero como tantos sectores, también el campo deja a un lado sus movilizaciones para centrarse en lo que ahora es fundamental, poner lo mejor de sí mismos para contribuir a superar esta crisis. "No vamos a promover ningún tipo de especulación, lo importante es salir adelante con el esfuerzo de todos y el sector agrario va a dar el do de pecho con su trabajo y su profesionalidad", expresa Lorenzo Rivera.

La mejor prueba es comprobar cómo el campo zamorano está al pié del cañón, cumpliendo también las normas del decreto de alarma. "Hay que cuidar a los animales, así que de casa a la granja y de la granja a casa" apunta Jorge Hernández, convencido de que esta crisis "hará reflexionar a más de uno sobre lo importante que es el sector primario. Nos hemos llevado muchos palos de animalistas y demás, puede que se den cuenta de que no somos tan malos y del valor del producto cercano y de calidad".