La situación sanitaria lleva a vivir en los pueblos estampas inimaginables hasta ayer mismo. La parroquia de San Roque, de Alcañices, daba ayer cristiana sepultura a la primera persona fallecida tras la declaración del estado de alarma. La comitiva fúnebre estuvo formada solo por el coche fúnebre, que se dirigió al camposanto donde el cura Fernando Lorenzo Martín ofició el sepelio. La misa de funeral se celebrará con posterioridad.

Se trata de una persona muy conocida y querida en la villa por su carácter abierto y sencillo, y también por ser la mujer del que fuera primer alcalde de Alcañices de la democracia Antonio Martínez Ramos. Aunque no hubo misa los paisanos tuvieron su recuerdo y una oración por su vecina desde sus casas. La tristeza era doble: por el fallecimiento de una vecina y por no poder velarla y acompañar la familia en tan duros momentos. La difunta permaneció las 24 horas en el tanatorio de la comarca, que estuvo todo le tiempo cerrado y sin que nadie pudiera velar la difunta.

La funeraria fue la encargada de llevar el féretro hasta la puerta del cementerio, donde le esperaba su viudo y dos de sus hijos, ya quea su hija, que reside en Suiza, le fue imposible acudir al sepelio de su madre. Junto a los tres se encontraba el párroco y tres operarios de los servicios funerarios Aliste. Después de unas breves palabras, el sacerdote dio cristiana sepultura a la difunta, en la más estricta soledad.