La incidencia del coronavirus en Madrid, el País Vasco o Cataluña ha empezado a provocar un goteo de zamoranos de aquellas zonas que se trasladan a sus pueblos. Aunque el desplazamiento de momento no es muy llamativo, sí hay pueblos donde se han abierto las casas y ya se encuentran algunos hijos del pueblo, generalmente jubilados y en algunos casos con sus nietos, debido a la suspensión de las clases en las zonas de mayor contagio. "No podemos decir a la gente que no venga pero también tenemos que ser todos responsables" apuntaba un alcalde apelando a la llamada de las autoridades públicas para evitar los desplazamientos.

Lo cierto es que la preocupación es real entre los vecinos que viven en los pueblos los 365 días del año y se sentían más seguros debido al aislamiento. Son personas mayores en su gran mayoría y por tanto una población con riesgo que no ha ocultado su temor a la inesperada llegada de los "veraneantes". Las noticias de nuevas llegadas de cara al fin de semana ha acrecentado la preocupación ante las alarmantes noticias que llegan de Madrid o el País Vasco por la expansión del virus. Son estos destino de muchos emigrantes zamoranos que ahora miran hacia su tierra, aunque la recomendación es que las personas se mantengan en sus domicilios en la medida de posible.

Otro punto de preocupación son los albergues de peregrinos, por donde transitan caminantes de muchos países y regiones españolas. El de Granja de Moreruela permanece cerrado mientras que en otros casos se está a la espera de las instrucciones que se den a nivel nacional. En los colegios del mundo rural también se han suspendido las excursiones, las salidas del centro y los viajes de alumnos y profesores fuera del centro escolar, hasta el 22 de marzo. En este mismo sentido se suspenden festivales, galas, obras de teatro y eventos que conlleven la reunión de personas en espacios cerrados.

Los ayuntamientos han pedido también a sus vecinos que extremen las precauciones de contactos. Así desde Fermoselle se pide a los bares y restaurantes que "controlen el aforo y garanticen la distancia de un metro entre los clientes" confirma el alcalde José Manuel Pilo. También se sugiere la suspensión de los juegos de mesa en el casino. Por su parte el Ayuntamiento de Morales del Vino apela al lavado de manos "frecuente", evitar viajes innecesarios, restringir las visitas a residencias de mayores o evitar lugares concurridos.