"Mi referente es una mujer, hoy jubilada, madre de 7 hijos, con un capacidad tremenda para sacar adelante a su familia en el medio rural y trabajando en lo que salía". El homenaje de Esther Cabezas a su madre bien podría ser también el de cada una de las mujeres y hombres que ayer se reunieron en Moraleja del Vino para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.

Era el acto institucional organizado por la Diputación, desde un pueblo y con la mirada puesta en las mujeres rurales, tantas heroínas anónimas que cada día lidian para sacar adelante sus explotaciones o pequeños negocios sin descuidar a la familia. En su nombre, otras tres batalladoras pusieron voz al empeño y desvelos por el nunca fácil camino de la igualdad. Nuria Martín, ceramista de Gamones de Sayago; Esther Pérez educadora sociosanitaria de Moraleja del Vino; y la piragüista y fisioterapeuta Victoria Fraile. "Hemos conseguido cotas altas de igualdad, pero queda mucho por hacer" reconoció la alcaldesa de Moraleja del Vino, Eva Calvo.

Un enriquecedor debate moderado por la directora de La Opinión de Zamora, Marisol López, ofreció claves a las administraciones para que tomen medidas pensando en quienes representan "el corazón de esta provincia", como definió la moderadora a las mujeres zamoranas. Muchas asentadas en un mundo rural en el que creen, aún sabiendo que no juegan en condiciones de igualdad.

"Me tengo que subir a una silla en el comedor para poder hablar con mis clientes de Madrid o del extranjero". La anécdota de Nuria Martín tiene calado porque transmite lo complicado que llega a ser trabajar desde el pueblo sin una buena cobertura de telefono y sin Internet, la principal herramienta para conectarse con el mundo; "más importante que una carretera" precisó esta ceramista madrileña que dio un cambio de 180 grados a su vida y se instaló en Gamones con su marido y sus dos hijos. "He tenido que invertir mucho dinero para instalar un sistema por satélite" lamentó la emprendedora.

"Detalles" que forman parte de la lucha diaria de las mujeres que optan por vivir en los pueblos. Pese a las zancadillas, Nuria y su familia han demostrado que "se puede". Sus hijos estudiaron en Bermillo, luego en Salamanca, para labrarse un futuro, uno en el campo del turismo activo y otro como cocinero. "Los dos tienen inquietud por volver a Sayago" defendió esta nueva pobladora, hoy encantada con su proyecto de vida desde su taller en Gamones, donde acuden artistas de proyección internacional a impartir cursos.

Con un palmarés de 39 medallas, la piragüista Victoria Fraile es todo un ejemplo de pundonor y lucha por la igualdad en un mundo tan monopolizado por los hombres que ha invisibilizado los éxitos de las mujeres. "Empecé con 17 años y las discriminaciones han sido evidentes en los medios de comunicación". La deportista dibujó un sombrío relato donde "los grandes titulares y fotos tradicionalmente los han protagonizado los hombres, a pesar de que las mujeres han conquistado importantes premios en muchos deportes" lamentó. "Gracias a nuestros resultados hemos ido ganado representación en la sociedad" admitió Victoria Fraile.

Pero entrando en detalle, queda aún camino por andar para unas deportistas que todavía hoy tienen que escuchar que se denomine "categoría reina" a la participación absoluta masculina en la Regata Internacional del Lago de Sanabria. O que la dotación económica de los premios sea mayor para ellos o que una mala organización de una competición, con las categorías mezcladas, usurpara a esta zamorana una medalla al verse aborda por una canoa. Algo absolutamente impensable en las competiciones masculinas que va desapareciendo, gracias al tesón de sus compañeras.

Pero ni todas las medallas ni su brillante palmarés permiten a Victoria Fraile vivir del piragüismo. Por eso su carrera profesional como fisioterapeuta, compaginando los estudios mientras estaba en la élite deportiva para labrarse un futuro. Y ella quiere en Zamora porque "creo en esta tierra y porque si no lo intentamos, se muere. Tenemos que aprender a valorarnos, esta tierra tiene un montón de recursos" defendió la piragüista.

Esther Pérez Cabezas, trabajadora con personas discapacitadas en el centro regional Virgen del Yermo, ha creado su proyecto de vida en Moraleja del Vino y Zamora, donde encuentra "calidad de vida y el espacio ideal para educar a mis hijos. Somos unos privilegiados, en las ciudades pueden tener muchas comunicaciones pero están incomunicados".

Esta educadora visibilizó el mundo de la discapacidad, en muchos casos "severa y profunda, con personas adultas de las que no se pueden hacer cargo las familias. Creas vínculos afectivos y te levas muchas veces a casa una gran carga emocional" confesó Esther Pérez.

Testimonios que tuvieron eco ante un auditorio con muchos cargos públicos, empresarios y empresarias y representantes de asociaciones que tuvieron que escuchar cómo los fondos transfronterizos vuelan a las grandes ciudades a pesar de las importantes necesidades de la Raya. O cómo se echan en falta ayudas reales para la ganadería o los proyectos de emprendimiento que, con tantas dificultades, surgen en el medio rural.

El presidente de la Diputación, Francisco Requejo, tomó el guante asegurando en los presupuestos de este año subvenciones para la actividad en los pueblos.

Tras la mesa redonda, la enfermera Rebeca Martín, vecina de Moraleja del Vino, leyó el comunicado elaborado por la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer 2020.

Y cerró el acto Francisco Requejo, con una llamada a "derribar barreras y tender puentes que nos lleven como sociedad hacia la igualdad real". Un objetivo "en el que todos tenemos que ir juntos, desde la corresponsabilidad de hombres y mujeres". El presidente de la Diputación abogó por seguir ofreciendo formación a las mujeres, proporcionar posibilidades culturales y deportivas, y seguir integrando medidas que ayuden a la conciliación laboral y familiar, para que las mujeres que lo deseen tengan oportunidad para ser madres, sin renunciar a su proyección.

La cantautora Lucía Gonzalo abrió y coronó el acto del Día Internacional de la Mujer en Moraleja del Vino. Una canto a la tierra que se hizo "con llantos y suspiros" y que hoy ofrece destellos de esperanza de la mano de mujeres valientes y trabajadoras.