El problema de despoblación "se ha ido agudizando", alcanzando actualmente "niveles preocupantes que ponen en serio peligro el futuro de la zona. La población que actualmente reside la mayor parte del año es de edad avanzada, que viven en soledad en muchos casos. Hay que añadir la carencia de establecimientos que pudieran ser de primera necesidad como una tienda, panadería o farmacia". Los vecinos ampliaron en este sentido que "cerrar un bar es la puntilla para un pueblo" donde se han cerrado todos los comercios. La despoblación y la falta de servicios se ven "especialmente agravado por la situación geográfica de Porto, siendo el pueblo más alejado de la capital, y situado a unos treinta kilómetros por carretera de montaña de la nacional 525".

La Corporación trata de fijar población joven "que pueda impulsar el desarrollo económico del municipio, aprovechando la riqueza ambiental del entorno". Plantean la construcción de una pequeña residencia de ancianos que crea puestos de trabajo y evita la deslocalización de los mayores, que ahora tienen que ir a las residencias de A Veiga (Ourense) o Mombuey. La reapertura del comedor social además de crear puestos de trabajo, ofrece un servicio integral a la población. Este servicio garantiza una comida saludable y acorde con posibles necesidades médicas, indirectamente sería un punto de reunión que permitiría saber, de primera mano, el estado de los mayores.

El turismo de montaña es uno de los atractivos de la zona, con la creación de un punto de actividades de turismo de aventura (vías ferratas, puentes tibetanos o tirolinas). A esto hay que sumar las rutas de senderismo marcadas y con paneles informativos de los entornos por los que discurre, poniendo especial hincapié en una vía ciclable alrededor del embalse con futura plataforma embarcadero. La ganadería va a menos y de las 2.000 cabezas de vacuno y 10.000 de merino, delos años 90, quedan apenas 200 cabezas de tres ganaderos.