El fuego le dio a una octogenaria residente en el pueblo de Prado el susto de su vida cuando esta madrugada se levantó a hacerse una manzanilla y, al regresar al dormitorio, encontró en llamas su cama, donde tenía una manta eléctrica.

Afortunadamente, la mujer aún tuvo tiempo de salir de su casa y pedir ayuda a una vecina, antes de que el fuego le afectara.

Su hogar no corrió la misma suerte. No solo ardió el dormitorio, sino todo el techo de madera y prácticamente toda la planta superior, del mismo material. Las llamas se extendieron hasta la casa contigua, que pertenece a uno de los hijos de la señora, emigrado al sur de España.

Las dos casas han sufrido daños estructurales y esta mañana los bomberos de Benavente, tras extinguir el fuego, seguían trabajando para sacar las vigas de madera. También ardieron los restos de una antigua vivienda que colindaba con la parte trasera de estas casas.