Los naturalistas Cristian Osorio Huerga y Víctor Salvador Vilariño confirman la reproducción de la libélula africana "dardo morado", Tritemis annulata, en aguas del embalse de Valparaíso, en el río Tera en el verano de 2019. Los dos expertos coordinan desde 2012 la recogida de citas de Odonatos (libélulas) en la provincia de Zamora, con vistas a una futura publicación. Víctor Salvador es biólogo y Cristian Osorio es técnico superior en Gestión Forestal y del Medio Natural y Técnico en Trabajos Forestales y Conservación del Medio Ambiente. La especie procedente del norte de África ya se detectó en 2017.

La constatación de su reproducción se produjo el 2 de agosto del pasado año en el embalse de Villardeciervos, por parte de Cristian Osorio y uno de los observadores, Miguel Rodríguez, que encontraron 14 machos, 11 tenerales -especímenes recién salidos de la exuvia-, además de varias exuvias -exocutícula y endocutícula que se desprende en la muda.

A lo largo del 2019 se produjeron varias observaciones en el verano, en este embalse, por parte de los dos coordinadores y los observadores José Barrueso, Juanjo González y Miguel Rodríguez. La primera cita de esta especie correspondió a Cristian Osorio en Ayoó de Vidriales, el 17 de julio de 2017. La segunda cita corresponde al observador que colabora con ellos. José Barrueso, tomada el 24 de julio de 2019 en el embalse de Valparaíso en la zona de Villardeciervos y la tercera cita es de Juan José González en el mismo embalse pero en Fresno de la Carballeda.

La especie está en expansión desde el 2017 cuando Cristian Osorio fotografió, el 17 de julio de ese año, el primer ejemplar reseñado en Ayoó de Vidriales. Osorio señala que no es la única especie procedente del sur de España o del Norte de África que se ha constatado en estas latitudes más al norte.

La vía de entrada ha sido por el norte de Portugal, donde la libélula "dardo morado", Tritemis annulata, está ampliamente distribuida. Hasta ahora, la altitud de la meseta, era una barrera geográfica. Para Osorio, la presencia de esta nueva especie no representa aparentemente un peligro para otras libélulas de la zona.

Para Miguel Rodríguez, a punto de licenciarse en Biología por la Universidad de Salamanca, "es un indicador sobre el cambio climático" ya que es una especie que "por sus propios medios ha colonizado otras áreas" muy al norte de su área de distribución, llegando incluso a provincias del norte de la Península Ibérica. Para este observador su expansión "es totalmente natural" y constata que "se adapta a todo tipo de aguas" ya que en estos momentos se ha observado en las mismas zonas de distribución de las libélulas autóctonas y por el momento "conviven a la perfección". Es también un indicador del aumento de la temperatura media y no necesariamente de la calidad del agua porque se está reproduciendo en zonas colonizadas por las especies autóctonas.

Pese a su llamativo color, un inusual rosa fucsia, es visualmente muy atractiva pero se camufla bien en su entorno, como detalla Rodríguez. Solo los machos lucen un color tan llamativo, es una especie con dimorfismo sexual muy marcado, para atraer a las hembras que son de color más pardo.

La expansión por Portugal ha sido muy rápida porque prácticamente no hay grandes barreras montañosas, comparado con España y la barrera geográfica que representa el Sistema Central para la expansión de poblaciones del sur de la península o del norte del continente africano.

Estas citas se suman a las recientes publicadas por el Observartorio de Malacología y Ecología Fluvial en el río Negro.