El Observatorio de Macología y Ecología Fluvial (OMF) alerta de la presencia de la libélula denominada "dardo morado" en el río Negro. Esta libélula es una especie africana de amplio rango de distribución que realiza grandes movimientos migradores en su fase adulta. Desde hace poco más de una década su presencia es habitual en el sur de España, debido a ejemplares en migración llegados desde el norte de África. Pero se conocen poblaciones de esta especie que se reproducen cada vez más len el norte ibérico.

La OMF indica que "necesita aguas muy paradas y cálidas, y no es selectiva en cuanto a la calidad del agua y entorno que habita. Por lo que se le puede observar en cualquier masa acuática natural o artificial, e incluso en zonas muy antropizadas de embalses, balsas de riego, charcas o lagunas. Siempre que esté poblada de vegetación en las orillas para usar como posadero, que es su condición preferida, pero en condiciones de gran insolación en el litoral del agua". Se detectó la presencia del macho por los investigadores de OMF el día 30 se agosto de 2019, en el paraje de Las Llamas, cercano a Rionegro del Puente. Lo que confirma su reciente expansión por todo el norte ibérico, tanto en zonas bajas y costeras, como ahora en zonas montañosas.

Por el momento se ha detectado un macho en 2019 de Trithemis annulata, a lo que se suma la cita de Crocothemis erytrhraea hace unos años en una zona próxima recogido en el informe inédito de MetWetRivers, Víctor Salvador (2015), otra especie africana migradora a grandes distancias. La presencia de especies de distribución africana y magrebí en el río Negro es otro síntoma del agravamiento de la cualidad mediterránea del ecosistema, que sufre estiajes muy largos con muchos días muy soleados. Una de las características que más le gusta, y que por lo tanto le permite habitar en las orillas sin aliseda de las viejas tablas para crear sus territorios de campeo y selección de pareja. Los machos son muy territoriales.

Si estas especies son capaces de reproducirse en las aguas del Negro -se podrá comprobar el próximo verano- será otro indicador de preocupación, como denuncia el Observarorio. Tanto para las demás especies de libélulas que habitan en río y los humedales de la vega (por la competencia con ellas); como por ser un elemento indicador de climatología semiárida. Al menos en las zonas de aguas muy soleadas, y por lo tanto excesivamente cálidas para las comunidades naturales, que no son propias del piedesierra de estas viejas montañas de los Montes Aquilianos. Los ríos, en esta zona geográfica, deben estar caracterizados por las truchas y las náyades, cuyas necesidades de oxígeno disuelto son incompatibles con el calentamiento del agua; además de otras tres especies de libélulas protegidas por la legislación europea.