Quince días con sus noches son los que lleva Otero de Bodas sin teléfono fijo ni conexión a Internet. La tormenta del pasado 19 de diciembre provocó una avería en la línea telefónica y sumió a este pueblo de La Carballeda en un apagón tecnológico que toma tintes desesperantes.

Los aproximadamente cien vecinos que habitan en Otero de Bodas están con la paciencia al límite. Muchos mayores y personas que viven solas tienen en el teléfono fijo la única forma de comunicarse con sus familias o, lo que es más grave, confían su seguridad a un servicio de teleasistencia ahora en desconexión.

Por no hablar de las gestiones administrativas en un Ayuntamiento obligado a cerrar trámites al final del año o abrirlos al inicio de 2020. "Estoy trabajando desde casa y cuando voy al pueblo intento conectarme a Internet con los datos de mi teléfono; es tercermundista, esto no es la Zamora vaciada es la Zamora maltratada", se queja Fernando Pérez, secretario del Ayuntamiento. Otro ejemplo de esta precariedad afecta al consultorio médico, donde los avisos al teléfono fijo quedan en el limbo y los profesionales tienen que tirar de sus móviles para facilitar la comunicación.

El secretario, el alcalde, el alguacil y muchos vecinos cuentan por decenas las llamadas a Orange y Movistar para reclamar una solución a la avería. "Se pasan la pelota unos a otros" lamenta el alcalde de Otero de Bodas, David Ferrero. "Te desahogas con unas operadoras que no tienen culpa de nada, son una barrera de contención frente a los responsables pero es que no hay manera de llegar a la cabeza, a los verdaderos culpables de este despropósito, multinacionales depredadoras" apunta un indignado secretario.

En tal situación hablar de la administración electrónica es una quimera, no menos esperpéntico cuando las normas dictadas desde acomodados despachos obligan a realizar trámites a través de Internet. "La gente llega hundida al Ayuntamiento pidiendo ayuda, estamos moviendo todos los hilos pero no hay forma de que se nos escuche. Los vecinos, con toda la razón, nos viene con las quejas pero es una impotencia total", expresa el alcalde de Otero de Bodas. Llamadas a la Diputación, a las operadoras (Orange y Movistar), a Subdelegación del Gobierno, Delegación de la Junta... El último cartucho lo quemaba ayer el secretario del Ayuntamiento, Fernando Pérez, con la Dirección General de Telecomunicaciones. "Me han remitido a un apartado donde existe un modelo de reclamación, es indignante que se tenga a un pueblo quince días prácticamente incomunicado".

La falta de soluciones lleva a este Ayuntamiento de la comarca de Sanabria-La Carballeda a plantearse "muy seriamente" una denuncia judicial por daños y perjuicios. "Tienen la obligación de reparar la avería en 72 horas y llevamos quince días, es vergonzoso" argumenta David Ferrero. Ese incumplimiento y los inconvenientes que está provocando el aislamiento por vía telefónica fija da argumentos a este municipio para estudiar la vía judicial porque "estamos hablando de un servicio público esencial y de interés general".

También se estudia denunciar ante la Organización de Consumidores. El enfado es patente en un pueblo que se está pasando las navidades incomunicado; solo los que disponen de móvil pueden hablar, entre los que no están muchas personas mayores que se confían al teléfono fijo. Este abandono alimenta el desencanto del mundo rural con unas administraciones que no obligan a las grandes multinacionales a considerar a los vecinos de los pueblos como los de las grandes urbes. "Esto no pasa en La Castellana" lamenta un vecino al otro lado del teléfono, móvil por supuesto.