Los Carochos de Riofrío fueron en 2002 la primera mascarada de invierno de la provincia de Zamora declarada Fiesta de Interés Turístico Regional por la Consejería de Cultural de la Junta de Castilla y León.

El éxodo rural de la posguerra llevó a la decadencia de Los Carochos, cuyo rastro se perdió en los años sesenta del siglo XX, hasta que en la fiesta de octubre de 1973, aquellos que eran jóvenes mozos refundaron el rito de los Carochos. En 2023 se cumplirán los cincuenta años. "Medio siglo de aquella necesaria reivindicación indentitaria y lúdica. Esta es una tradición que cuida con esmero el universo mágico de los niños, que venera a los viejos, que coloca a los jóvenes y su rito de iniciación en el reino de la esperanza. Esta es la expresión de una fiesta. El abrazo a una manera de acompañar a unos habitantes que cultivaban la tierra y pastoreaban su rebaños para sacar adelante a su hijos. Es el reconocimiento público a una manera de ser, noble, espartana, desconfiada y agradecida. Una prueba de solidaridad con once personajes que hablan de una verdad que saluda a la primavera y reivindica la semilla de la fertilidad para los seres vivos (humanos, campos y animales), que celebra y agradece haber llegado cada doce meses el día Año Nuevo".

El museo etnográfico "Casa de los Carochos", de Riofrío de Aliste, abierto en 2015, tras cuatro años de labor pública, se marca ahora el reto de convertirse en sostenible y perdurable en el tiempo. El Ayuntamiento, con ayuda de la Diputación de Zamora (Patronato de Turismo) se ha marcado como objetivo para el 2020 abrir su puertas al público, aunque solo sea algunos meses. La Institución Provincial, mediante convenio, ya firmado, aporta un total de 3.000 euros, en 2019, para la mascarada, incluida la realización de un documental que se expondrá en la Casa Museo de los Carochos.

El proyecto, en principio, contempla la apertura todos los días durante los meses estivales de julio y agosto de 2020 ,y en un segundo nivel fijar una también una atención al público en junio, septiembre y diciembre con unos horarios más reducidos y únicamente los fines de semana. El Ayuntamiento baraja una combinación a tres bandas entre recursos públicos, colaboración de capital privado y aportación de voluntarios.