Venialbo celebró hoy la festividad de San Juan, declarada fiesta local, con el tradicional Baile del Niño, que es un signo de identidad de la localidad del que se siente orgullosos los habitantes porque, en palabras del alcalde Jesús Vara, "es algo nuestro, que no tiene nadie".

La jornada comenzó a las 11.30 horas con el repique de campanas, a cargo de Vidal Casado, que fue seguida con la celebración religiosa en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. El templo quedó pequeño para acoger al gran número de personas que quiso estar presente en una celebración que tiene el Baile del Niño como expresión estelar. Los danzantes participan en el recorrido hasta la ermita, de unos 800 metros, danzando de forma continuada con la particularidad de no dar nunca la espalda a la imagen del Niño Jesús, lo que supone un esfuerzo considerable por cuanto que también se sigue este ritual en el retorno. Llegados de nuevo a la plaza del Negrillo, bajo la torre de la iglesia, tiene lugar luego el denominado Florero, donde la pareja de danzantes de cabeza va sacando a los distintos danzantes para la adoración del Niño.

La música, de origen prerromano, corrió a cargo del folclorista Alberto Jambrina. El Ayuntamiento proporcionó a los vecinos un ágape para culminar una celebración que quieren preservar y que las administraciones reconozcan, de ahí que hayan solicitado que sea declarada de Interés Turístico.