Ya son siete los municipios de Zamora donde se han encontrado liebres muertas a causa de la mixomatosis, y los cazadores asumen ya que la enfermedad ha entrado de lleno en las poblaciones de liebre ibérica (Lepus granatensis) de la provincia. De momento, hay constancia de su presencia en tres comarcas zamoranas: La Guareña, Tierra de Campos y el Alfoz de Toro, según los datos publicados esta semana por la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León.

Hasta julio de 2018 no había constancia de que esta enfermedad, propia de los concejos, afectara también a la liebre ibérica. Los primeros ejemplares afectados se hallaron entonces en Andalucía, y cuatro meses después aparecía el primer caso en Castilla y León (Valladolid). A lo largo de 2019 la enfermedad se extendió por el resto de la región y no ha tardado en llegar a Zamora.

El primer caso apareció en Fuentelapeña el 10 de octubre de 2010, pero a lo largo de noviembre se confirmó la muerte de otras liebres por mixomatosis en Manganeses de la Lampreana (5 de noviembre), Villabuena del Puente, Castroverde de Campos y Castronuevo de los Arcos (14 de noviembre), Morales de Toro (20 de noviembre) y Cañizo (21 de noviembre).

"Ya teníamos a la enfermedad muy cerca, era cuestión de tiempo que llegase a Zamora", comenta José Antonio Prada, delegado provincial de la Federación de Caza, quien vaticina que la extensión de la infección se ralentizará durante el invierno por la disminución del número de insectos que actúan como vectores del virus, pero que su propagación "será inexorable a partir de la próxima primavera, por desgracia".

La preocupación es muy grande entre los aficionados a la caza en una provincia con gran tradición galguera como es la de Zamora. "Cuando yo empecé a cazar era muy difícil ver una liebre en la zona de La Guareña, y gracias a una buena gestión en la que se han implicado tanto la guardería como los galgueros la población ha crecido y ahora es fácil ver 8 o 10 en una jornada normal de caza", explica el propio Prada que teme que la mixomatosis "mande al traste" esos esfuerzos de conservación.

Este virus provoca la inflamación del tejido conjuntivo, visible sobre todo en forma de "tumores" en los genitales y los ojos de los animales, y tiene una alta tasa de mortalidad que en 1954 diezmó las poblaciones de conejos en la península Ibérica "hasta llevarlo a la extinción en muchos territorios". Prada recuerda que la liebre tiene una tasa reproductiva menor que la del conejo, y por lo tanto podría ser aún más sensible a una epidemia de mixomatosis.

El procedimiento a seguir por los cazadores que hallen ejemplares con síntomas de mixomatosis es llamar a la guardería, que recogerá al animal muerto con guantes y bolsas esterilizadas para un análisis posterior, por parte de los servicios veterinarios de la Junta de Castilla y León, que servirá para recabar datos acerca de la expansión de la enfermedad por el territorio de la Comunidad.