Castañicultores alistanos piden un compromiso firme a la Diputación de Zamora, el Gobierno de España y la Junta de Castilla y León para estabilizar el mercado de la castaña y que los castañicultores de Aliste no tengan que malvender el producto, como ha pasado este mismo año, dependiendo no solo de la oferta y la demanda, sino de los caprichos de algunos intermediarios españoles y portugueses.

Castañicultores alistanos de diferentes pueblos, entre ellos de Trabazos, Alcañices, Alcorcillo, Sejas y Mahíde, junto a dos técnicos forestales, seis agentes medioambientales y tres capataces del Medio Natural, todos ellos expertos en plagas y enfermedades del castaño, se desplazaron días pasados a la región lusa de Tras Os Montes para ver y conocer a fondo el mundo de la castañicultura en Portugal, pionero en la península Ibérica en plantas de transformación y exportación a países como Brasil.

La primera sorpresa fue la planta de procesamiento de castañas "Sotergel" ubicada en Sortes (concelho de Braganza), considerada una de las fábricas más importantes de Europa, y muestra muy clara de que el cierre en origen del ciclo en la castañicultura incrementa y mucho el valor del producto para los productores y contribuye a asentar población rural creando empleo.

Los alistanos contaron como anfitrión con el ingeniero Rui Caseiro, hoy secretario general de la Comunidade Intermunicipal das Terras de Trás Os Montes", un enamorado de Aliste desde su época de gerente del grupo de acción local "Corane Terra Fría" y de vicepresidente de la Cámara Municipal de Braganza.

En Sotergel trabajan habitualmente 150 personas, en dos turnos, ampliando su plantilla en los meses de octubre y noviembre, con la masiva llegada de cientos de toneladas de castañas. Entre los miles de contenedores de castañas los alistanos tenían claro que estaban las que semanas antes ellos habían vendido en sus pueblos. Allí no sólo se transforman castañas sino avellanas y nueces, y en verano frutos rojos como los arándanos,las exquisitas moras, fresas y frambuesas. "Aquí hay mucho control y todo se hace bien: tuvimos que entrar todos con batas blancas y gorros como si de un verdadero quirófano se tratara", relatan los visitantes alistanos.

La segunda cita fue el CIMO (Centro de Investigación de Montanha) ubicado en la Universidad de Braganza, donde los científicos e investigadores les dieron una amplia charla sobre los tratamientos, abonados y cuidados que actualmente están llevando a cabo en las plantaciones de castaños. Los castañicultores visitaron también sus laboratorios y entre las investigaciones que están realizando los científicos lusos mostraron la utilización de las flores masculinas del castaño, que se recogen una vez que caen al suelo, para usar sus compuestos en la elaboración de quesos artesanales, adelantando en quince días su tiempo de maduración. También en elaboración de vinos, sustituyendo los compuestos de la flor masculina de castaño a los sulfitos, y en la elaboración de pasteles artesanales y en la fabricación de cosméticos.

La castaña es gastronomía y los portugueses cautivaron a los zamoranos gracias a Doña Florinda, en la población de Nogueira, con la peculiar crema de castañas con setas y castañas cocidas con carne de jabalí acompañada de frutos de la huerta.

Faltaba la visita de campo y esta se realizó por la tarde a las plantaciones de castaños de las aldeas de Paramio y Espinhosela, al sur de Hermisende, donde pudieron conocer y comprobar in situ árboles infectados con agallas de avispilla que habían llegado a dichos sotos hace ahora dos años y contra los que llevan tiempo luchando, así como castañares enfermos de chancro y como realizan las curas contra este temido hongo. De vuelta a Braganza se visitó la oficina de la castaña y la tienda de souvenir y productos elaborados con las castañas: pastelería, licores y cervezas. Conocida es la hospitalidad portuguesa y muy en especial la trasmontana, ofreciendo a los visitantes españoles una merienda a base de productos locales.