El biólogo valenciano, Vicente Palacios, lidera un proyecto de investigación internacional sobre el aullido del lobo en diferentes zonas del mundo, que incluye la Sierra de la Culebra. En este estudio se trata de dar respuesta a la pregunta de si los lobos aúllan más en los sitios donde no perciben que el hombre es una amenaza.

Esta investigación, becada por National Geographic, incluye un seguimiento similar "en zonas totalmente salvajes y deshabitadas como el Parque Nacional de Yellowstone, que representa un extremo, y la India en el otro extremo de superpoblación". En este estudio colaboran grandes expertos como Doug Smith y Dan Stalher, introductores del lobo en Yelloswstone, y David Mech en Minnesota. La bióloga Barbara Martí también colabora en los trabajos de campo desarrollados tanto en Yelloswstone como en la Sierra de la Culebra.

El doctor y experto indio en el estudio del lobo, Bilal Habit, participa en este proyecto y esta semana visita la Sierra de la Culebra. Hoy dará una conferencia sobre el estado de las dos subespecies de lobo que viven en la India. Como dato relevante, Habit destaca el retroceso de la especie, de los 200.000 lobos que se estimaban en la India en el año 1900, actualmente solo existen 3.000 ejemplares. Este proyecto incluye una parte importante, su divulgación entre la población para salvar la desconexión entre la investigación y su divulgación.

La hipótesis de trabajo de Vicente Palacios parte de que "en los lugares deshabitados los lobos aúllan más que en las zonas habitadas". Pese a que la Sierra de la Culebra es un entorno despoblado "hay una presión que es la presión cinegética. El lobo en la península ibérica tiene miedo del hombre. En Yellostone parece que no pero hay mucha gente, hay mucho turista, pero no lo perciben como una amenaza. No tienen ese miedo que hay aquí".

La premisa es que "si aúllan son más detectables o si están callados pasan más desapercibidos" señala Palacios. El trabajo de campo "consiste en grabar los aullidos que emiten los lobos espontáneamente cerca de los lugares de reproducción. Cuando los lobos se están reproduciendo y los cachorros salen del cubil, hay un periodo de tiempo en que se mueven poco".

El objetivo es determinar "cuál es la comunicación acústica que hay entre los lobos, justo alrededor de donde están las crías porque todos los individuos de la manada participan en criar a las crías. Es el foco de la actividad de la manada en esa época, julio y agosto, se centra en el cuidado de las crías". En ese periodo es más fácil localizarlos y poder instalar las grabadoras para captar todos los sonidos del radio de acción de las grabadoras. Durante ese periodo de cría "es cuando más necesitan comunicarse". Los trabajos comenzaron en el mes de junio con el seguimiento acústico de cinco manadas y está previsto que concluyan la próxima primavera. En este momento, cuando las manadas están más dispersas, el equipo se dedica a analizar los datos de las miles horas de grabación.