La transformación digital, que afecta a toda la sociedad, es también un hecho en el sector agropecuario, con importantes innovaciones tecnológicas en la maquinaria y aplicaciones que hacen más eficiente la gestión de las explotaciones. De ello habla Jorge García, socio de Integral Media y uno de los ponentes de la jornada organizada por COAG Zamora.

-¿Qué aportan las nuevas tecnologías al sector agropecuario?

-Son necesarias porque de aquí a 2050 las previsiones de la FAO apuntan a que hay que alimentar a unos 9.000 millones de personas. Las nuevas tecnologías van a permitir producir más y mejor siendo más sostenibles, que es otra de las patas a tener en cuenta. Vivimos en un mundo que, no digamos que tiene fecha de caducidad, pero no podemos saturarlo más. Hay que hacer las cosas de forma más eficiente y las nuevas tecnologías van a permitir producir más con menos.

-¿La digitalización es aplicable a todos los sectores?

-En todos los sectores agrícolas, ganaderos y en todos los cultivos se están empezando a aplicar nuevas tecnologías, ya sean aplicaciones o herramientas de gestión de cultivo o gestión del ganado como collares inteligentes para saber dónde están los animales en tiempo real. Y además todas estas aplicaciones e innovaciones tecnológicas son transversales. Se pueden adaptar fácilmente a otros tipo de cultivos y ganaderías, aunque se apliquen ahora mismo en cultivos de alto valor como viñedo u olivar. Y, por ejemplo, si se utilizan los robot de ordeño en vacuno de leche, fácilmente se puede aplicar al ovino o caprino.

-¿Cómo es a implantación de estas tecnologías en Castilla y León, la transición es fácil?

-El nivel de penetración cada vez es mucho mayor, sobre todo cuando se incorporan jóvenes, que están muy familiarizados con el móvil. Después hay aplicaciones de gestión agraria más avanzadas como la instalación de un sensor en el campo para ver las condiciones meteorológicas y de cultivo. Pero se van introduciendo poco a poco. En Castilla y León, al ser una comunidad puramente de cultivo extensivo, todo el mapeo con satélite, mapeo con drones, hacer siembra variable, una fertilización de precisión o aplicación de fitosanitarios de forma precisa en el campo, ya se están haciendo. Otro cultivo importante es el viñedo y en concreto en la Denominación de Origen Toro están utilizando drones para analizar a nivel de cepa lo que le pasa a la uva o a la planta.

-¿La herramienta básica sería el móvil?

-Lo básico, de donde surge todo, es el dato y el análisis de datos. Todo en la vida produce datos y un cultivo igual. El agricultor siempre lo ha visto de forma intuitiva pero eso se puede registrar y analizar. A partir de ahí se introducen las demás tecnologías, como los drones o sensores para registrar esos datos. Después viene el Big Data (análisis de datos) y luego las aplicaciones de un móvil que se nutre de esos datos para mostrar al agricultor de forma sencilla cómo tiene que producir o gestionar de forma más eficiente su explotación.

-El agricultor y el ganadero necesitan formación, y para las nuevas generaciones puede ser fácil, pero los mayores, que son muchos, resultará complicado.

-La formación es clave pero a la vez ha de ser inclusiva, nadie puede quedar fuera. Es verdad que hay un problema de envejecimiento en el campo español, pero no puedes centrar la formación en los jóvenes agricultores y dejar a una gran parte fuera. Siempre soy partidario de que cuando se desarrolle una aplicación hay que tener en cuenta la opinión del agricultor y sobre todo asesorarle hasta que sepa utilizarla por sí solo. Y debe funcionar el servicio de dudas y preguntas.

-¿Es receptivo el agricultor a esta revolución digital?

-Habrá gente que no lo vea y hay gente que sí. Lo bueno que tienen estas tecnologías es que a medio plazo se ven los beneficios, un ahorro de costes y de tiempo.

-¿Cómo se traduce a hechos esa rentabilidad?

-En los costes de explotación porque haces las cosas de forma más precisa y al final el mayor valor que tiene el ser humano es el tiempo. Si un agricultor desde su casa puede encender el riego a través de una aplicación pues no tiene que acercarse a la tierra y puede hacer otras cosas.

-No tardaremos tiempo en familiarizarnos con la imagen de un agricultor subido a un tractor como si fuera una nave espacial.

-Eso a lo mejor dentro de unos años ni se ve porque hay tractores autónomos que los programas y hacen las labores solos mientras el agricultor se puede dedicar a otras gestiones en su explotación.

-¿Es costosa esa transición a las nuevas tecnologías?

-Hay tecnologías que pueden ser más costosas que otras, sobre todo las que se han desarrollado en los últimos años, y solo abarcables para cierto tipo de empresas más grandes. Sin embargo desde hace una década a esta parte se han desarrollado tecnologías que a medida que avanzan son más asequibles. Además a partir de la Unión Europea, la PAC, los fondos de desarrollo rural se están invirtiendo cada vez en digitalizar las explotaciones a todos los niveles, no solo una gran cooperativa sino también pequeños agricultores. Porque hay que incluir a todo el sector.

-¿Hasta qué punto esta revolución tecnológica puede impulsar al mundo rural?

-Desde luego va a servir como elemento motor para que haya más gente que se quede en el medio rural y habrá que proveer de servicios a esos agricultores y ganaderos. Es decir, cuanta más gente censada, no se cerrarán escuelas, habrá mejores servicios sanitarios. Hay que apostar por la tranformación digital porque, además del agricultor, se va a beneficiar la sociedad rural.