Hizo una mañana invernal y eso dejó en sus casas a cientos de moralinos pero más de 200 valientes decidieron combatir el frío con la misma firmeza con la que combaten la violencia machista en su municipio. El viento, que soplaba con fuerza, hizo complicada la espera pero fue disminuyendo con el paso de las horas para permitir a todos los moralinos iniciar esta marcha reivindicativa.

Ataviados con guantes, camisetas térmicas, abrigos, bragas, bufandas, gorros y todo lo que sirviera para quitar el frío, los vecinos de Morales del Vino pusieron su huella blanca sobre el color morado para gritar un no rotundo contra la violencia de género en la primera edición de la marcha que unió las dos localidades del ayuntamiento: Morales del Vino y Pontejos.

Algunos rezagados, que aguantaron hasta última hora en casa para no esperar a la intemperie, aparecieron junto al pabellón municipal cuando una marea morada pasaba bajo el arco de salida. La mayoría decidió realizar la caminata andando, unos pocos en bici o patín y alguno empezó corriendo para alcanzar la cabeza de una marcha que abría la consejera de Familia de la Junta de Castilla y León, Isabel Blanco, junto a varios concejales del Ayuntamiento de Morales del Vino

En Pontejos todos los caminantes recibieron un avituallamiento para coger fuerzas antes de emprender la vuelta hasta Morales del Vino tiñendo de morado el camino entre las dos localidades.