Aunque el cultivo de garbanzo hunde sus raíces en los tiempos antiguos, llegando a Castilla y León a través de la colonización de los romanos, las primeras referencias escritas al cultivo del garbanzo en la comarca de Fuentesaúco datan del siglo XVI. A partir de esa fecha las referencias históricas son constantes. Es conocida la descripción de Francisco de Quevedo en 1639 tras recibir una partida de garbanzos: "(...) El Conde de la Fuente del Saúco me acaba de enviar de presente de garbanzos de su lugar, por saber que son mi mejor golosina". La divulgación del garbanzo se incrementa en la Feria de los Santos, establecida por una orden de rey Carlos III (1716-1788) y que llega hasta nuestros días.

El catastro del Marqués de la Ensenada, elaborado en 1752, hace referencia a la producción de garbanzo de la comarca de Fuentesaúco y el mismísimo Benito Pérez Galdós, en sus "Episodios Nacionales". A lo largo de la historia han sido frecuentes las referencias literarias. El nombre del garbanzo de Fuentesaúco en el ámbito gastronómico aparece siempre vinculado a una calidad superior a la del conjunto de los garbanzos.