Un caldo alistano, Castro Mendi Menester, elaborado en uno de los pueblos más pequeños de la provincia, San Blas de Aliste, ha sido premiado en la XV Edición del Concurso Internacional "Vindouro & Vinduero". Castro Mendi es una pequeña bodega familiar perteneciente a "Vinos de la Sierra de la Culebra" y el caldo premiado es un vino de autor elaborado con uvas de la variedad tempranillo.

David Juan Mendieta, Domingo Ramos, Carmen Fernández y Begoña Carballés fueron los artífices de un proyecto vinícola en Aliste que comenzó a fraguarse en 2011 y echaba a andar con su primera añada en 2012. Una pequeña bodega que, limitando la producción a menos de 10.000 botellas, "nos permite dedicar al vino todo el tiempo y la atención que necesita". Sus vinos se encuentran acogidos a la Indicación Geográfica Protegida de la Tierra de Castilla y León. La bodega se asienta en un viejo pajar alistano construido en 1935, restaurado para tal fin, bajo la supervisión de la enóloga Joana Martín Gil.

San Blas es un pequeño y acogedor pueblo perteneciente al municipio de Viñas de Aliste junto a otras dos localidades: Ribas y Vega de Nuez. Hace 268 años ya se dejó constancia manuscrita de las bondades de San Blas para la producción de abundantes, magníficas y sabrosas uvas alistanas. Fue allá por 1751, en el Catastro del Marqués de la Ensenada, cuando se le atribuyó al pueblo un clima muy propicio para la plantación de viñas y la cría de uvas en diferentes parajes como "El Valle", "La Apretadura", "Candaneo" y "Las Campesinas". Ya lo sabían sus habitantes de por aquel entonces y muestra de ello fue que en el siglo VII San Blas llegó a contar con mas de siete hectáreas de viñedos.

Su declive, el de los viñedos, llegó con el éxodo rural de los años sesenta y setenta del pasado siglo XX que llevó a los jóvenes a buscarse la vida lejos de la tierra que les vio nacer, mientras los mayores se iban jubilando y por consiguiente abandonando la actividad agroganadera y las viñas.

San Blas vivió sus momentos de mayor esplendor poblacional en el año 1910 cuanto en él habitaban 158 habitantes, sufriendo un retroceso durante la Guerra Civil y tras ella que le llevó a bajar a 143 en el año 1950, para luego volver a crecer hasta 152 en 1960. Un espejismo pues el éxodo rural se cebó con el pueblo en los años sesenta perdiendo 47 vecinos y en los sesenta 31 más bajando del centenar: concretamente a 74. En la actualidad el pueblo cuenta 29 habitantes empadronados de ellos15 varones y 14 mujeres, aunque no todos residen en él los 365 días del año.

Es San Blas un pueblo de costumbres comunales y tradiciones por lo cual, cada año, cuando finaliza el verano y comienza el otoño, la práctica totalidad de sus vecinos reviven la ancestral vendimia de antaño cuando unas familias se ayudaban a otras a la hora de quitar las uvas.