Badilla de Sayago, en Zamora, es una puerta de acceso del Parque Natural de Arribes del Duero a Portugal, y viceversa, por el concurrido paso de Miranda do Douro. La cercanía entre Miranda y Badilla es tal que los habitantes del pueblo sayagués hablan del núcleo portugués "como si fuera otro pueblo de Zamora". Solo distan nueve kilómetros y, de hecho, en los comercios de Miranda realizan buena parte de las compras.

Este pueblo expandido, salpicado de huertos y cortinas, cruzado por una ribera jalonada de molinos, tuvo un pasado marcado por la agricultura y la ganadería de subsistencia. Aquilino Tamame, que aparece por el callejero con una especie de alforjas al hombro donde porta, dice, "cosecha del huerto", repara en la ligazón al campo de las anteriores las generaciones.

Es algo que remarca el vecino Rufino Poza al decir que "las actividades eran la ganadería y una agricultura pobre, porque en aquella época no había abonos minerales y la tierra no producía". "No era fácil ni mucho menos" añade Poza, con 84 primaveras en encima, que lleva con mucha frescura. Las gentes producían lo justo para salir adelante, y los sucesivos molinos implantados en la ribera cumplían su función. "Molían todo el día y toda la noche, porque en un molino a lo mejor había 20 vecinos que tenían parte. Y es que había vacas, cerdos, burros y de todo. Los vecinos ponían una hora, bajaban con el burro o el carro, y se tiraban la noche moliendo" recuerda Tamame.

La ribera de Badilla es como una travesía fluvial. Fue un curso poblado de tencas, sardas, cangrejos y otras especies. "En agosto se soltaba la pesca y la gente iba a cogerla". Hoy resurge de los pozos artesanos.

Aún tenía el pueblo otro patrimonio, ahora testimonial: la viticultura. Hoy se sigue elaborando vino co pasión artesanal, "pero ni un cuarto de antes".

La apretada supervivencia trajo consigo la emigración. "De mi generación, y mucho antes que yo, toda la juventud hemos sido fuera" expresa Rufino Poza, que siguió la estela de su hermano hacia Barcelona. Y es que Barcelona, junto con Madrid, el país Vasco y las minas a León fueron el destino de tantos "que el pueblo, en pocos años, quedó como deshabitado". Pero Badilla está arraigado en el corazón de sus gentes, que gustan de regresar al pueblo en vacaciones y festividades. "El 50% de los habitantes que estamos en el pueblo somos regresados" afirma Poza.

Por su profunda ubicación orográfica, en Badilla las antenas de televisión tienen varios metros de altura y aparecen como grandes espigas sobre los tejados.

Emilio Poza es uno de los ganaderos que se siente feliz con su oficio. "El terreno es muy bueno para ovejas churras. Hay bellota, pasto en primavera y el único problema son los meses de verano y otoño porque apenas hay rastrojera". Expresa que el sector "está en horas bajas. Estamos quedando muy poquitos, cinco o seis, de los 14 o 15 que fuimos hace años. Se están jubilando. Este año dos, el próximo otro y el siguiente yo". Hace un repaso y cifra en 1.600 las ovejas que hay Badilla, medio centenar de cabras, ninguna vaca y un burro, "que le fue regalado a una niña". Pone de manifiesto que "para ser ganadero hoy día es necesario depender de la PAC o de apoyos institucionales". "Las ayudas son fundamentales para seguir adelante el día a día" recalca. "En los que estamos por aquí hay gente que trabaja con leche y corderos, y gente con carne solo, y el que lo hace bien, más o menos sigue funcionando" expresa.

Manuel Ferrero presta su atención a un prolífico huerto que, como tantos en este pueblo, presenta una imagen cuidada. No es algo espontáneo ni mucho menos. Sale adelante "a base de trabajo" al decir de Ferrero que, según una vecina, "es un buen hortelano". El horticultor tiene prisa porque deber ir a Bermillo de Sayago. Allí estudian un niño y dos niñas que constituyen el sector juvenil del pueblo.

En plena actividad cotidiana están Alsira Santos, que lleva un carretillo lleno de productos a Adela de Pedro, que mantiene tres hermosos cerdos para sacrificarlos cuando llegue la crucial matanza. Son tres ejemplares que habitan un cortijo limpio como el jaspe y a los que da de comer dos veces al día a cuerpo de rey: calabazas, calabazos y hojas de diferentes cultivos.

En lo que fuera la escuela pública, construida en 1910, ejerce su actividad la Asociación Nuestra Señora del Rosario, fundada en 1984. "Inventamos una fiesta para el 18 de agosto y da gusto por la cantidad de gente que hay" en palabras de Teresa Tejado, alcaldesa pedánea. "Es el único sitio de reunión que tenemos. Los sábados y domingos es cuando nos juntamos. Nos gusta jugar a las cartas, al tute y otros juegos. Y juegan igual las mujeres que los hombres, pero amistosamente todos, porque está prohibido jugar dinero. Aquí se juega para divertirnos". Otros días de gran vuelo festivo son el día 5 de octubre con el Ofertorio, que es la Virgen del Rosario, y el 18 de diciembre, que se celebra la patrona de Badilla, optando por "el sábado más próximo"para favorecer la presencia de los badillenses.

Bienvenido Ejido, siendo segoviano, es otro más de Badilla porque se casó con María Pilar. El flechazo ocurrió en Madrid. "Uno de los días salimos por la calle Princesa. Fue el primer día que salía un grupo de chicas. Entramos en un mesón y nos enrollamos con ellas. La acompañé al colegio y allí iniciamos el noviazgo". Llega preparado a la cita con un escrito de reivindicaciones. "Badilla necesita con urgencia la mejora de la carretera que une con Argañín y, sin demora, en su trayecto por el casco urbano. Hay personas que tienen que ir con andador y no pueden desplazarse de ninguna de las formas. Y llegar a Argañín es casi imposible con coche". Tal son los baches. En lo tocante a vegetación y maleza dice que "hay zarzas que hacen las calles intransitables; y la fincas, debido a la enfermedad del arbolado, se llenan de olmos secos y sería necesario limpiarlas y pasar el coste a los dueños porque en verano es un riesgo tremendo". La ribera es otra reivindicación. "Tenemos, prosigue, una ribera es muy bonita, y de pequeños veníamos y nos bañábamos. Está llena de algas y quisiéramos ver correr el agua y algunos cangrejos" . No paran ahí las exigencias. "Internet, si es posible, que llegue al pueblo" añade, y repara en la carretera que une con la Internacional que va a Miranda, cuya obra han visto "muerta" buena parte del verano, pero ya retomó el buen ritmo.

El ganadero Emilio Poza sostiene que para seguir en el sector "las personas que tengan ilusión necesitan muchísima inversión para montar una ganadería, y sin ayudas adecuadas será complicado que nadie quiera venir y montar". En su criterio, "la línea seguir y la apuesta es por la calidad". "Tengo oveja churra, estoy en el Consejo Regulador de IGP y Denominación de Origen del Queso Zamorano. Siempre me ha gustado una raza autóctona y calidad" dice. Afirma que "estar dentro de un Parque Natural o Reserva siempre ayudará mejor a comercializar que si es una zona que utilicen más tipos de herbicidas y pesticidas. Es como un privilegio pertenecer a un parque Natural".

En Badilla ven todos los días a los buitres planear como escuadras de aviación. Poza es "partidario de dejar animales en el campo como se ha hecho toda la vida". El jabalí es otro animal que, según dice, "causan daños importantísimos" por lo que pide un mayor control . "Hace unos días un jabalí salió corriendo detrás del perro". En su opinión, para el asentamiento de jóvenes "hay que hacerles ver lo que es el campo y aprecir lo que es un pueblo. Es muy difícil que, con veinte años, vengan a un pueblo sin bar, sin internet, sin comercio, sin discoteca, para disfrutar de las pocas horas que tenga libre".

Bienvenido Ejido recalca que "es necesario actuar porque cuando desaparezcamos estas generaciones, ¿qué queda?".

Badilla cuenta con un patrimonio natural, paisajístico y etnográfico impactante, que alienta la puesta en marcha de casas rurales y activa el turismo. La ribera es por sí misma un mundo desconocido.

Aurora Ballesteros es una mujer que derrocha positivismo y promueve el sector del turismo. "El turismo tiene marcados los senderos, hay miradores para asomarse a los cañones del Duero y es un paisaje diferente al resto de Sayago. A los turistas les gusta mucho acercarse al vecino país. Viene gente de Madrid, Valladolid, León..." afirma. Hija de herrero, conserva con vocación cientos de piezas del pasado. "Estamos viendo que gente de fuera se interesa por los utensilios antiguos, por la historia del siglo pasado. Sin estos objetos no tendrían ni idea de cómo se vivía antes". Ballesteros cree que Badilla y el medio rural tienen futuro. "Se podrían explotar los campos de otra manera, porque están abandonados. Hay gente en paro, en las ciudades se aglomeran los que vienen de fuera, en tantas pateras. Hay muchas casas abandonadas y se necesita dinero para que una familia que venga de fuera viva aquí. Si los políticos cambian el modo de vivir y dan ayudas al inicio.... Vienen de las ciudades gente joven que ven futuro, suelen se parejas muy emprendedoras. Hay recursos. ¡Claro que hay medio de vivir!. Destaca, además que "las relaciones de España Portugal son muy buenas y, respecto al turismo y a la cultura, se hacen fiestas en común'. "Parece que despunta un pequeño horizonte" remacha Ballesteros ante un museo de piezas que explica, en conjunto, más de un siglo.