Los "pastores Aalistanos", que dieron, dan y siempre darán su existencia por su tierra y sus pueblos, son parte imprescindible de la supervivencia del mundo rural en la Raya de España y Portugal. Sedentarios y trashumantes, son los últimos nómadas ibéricos, la esencia pura y dura del sacrificio humano de sol a sol, de la anochecida al alba. Hoy en la iglesia de San Salvador de Rabanales recibirán la merecida imposición de la Capa de Honras y Respeto de Honro 2019.

Jesús Vara Garrido, pastor nacido en San Vicente de la Cabeza en 1930, recibirá la imposición en nombre de todos los pastores, pastoras y zagales de la historia alistana. Es un ejemplo de familia pastoril, junto su esposa Leonor Garrido Caballero, natural de Bercianos. Sigue su pasos su hijo Dámaso Vara Garrido, con alrededor de 800 ovejas.

Pastores: mil y una historias. José Suárez Calvo, nacido en Latedo en 1939 y conocido a nivel popular como "El Tabano", nació rodeado de cabras y de ovejas. Se dice que de bebé fue alimentado por leche de caprino que el mismo mamaba de las ubres de las cabras. Se casó con Fabia, portuguesa del otro lado del "Pico de Malvecino", la serranía que separa Latedo (España) de Quinta de Vale de Pena (Portugal), convirtiéndose ella también al oficio pastoril. Al principio vivían lamentablemente. Solo tenían una corrala de piedra donde guardaban el rebaño y separado por unas cañizas de madera se encontraba su propio hogar: un camastro de hierro, una mesa de madera con dos rústicas sillas y la lumbre para cocinar en el mismo suelo, cuyo humo se evacuaba por entre las chillas y las tejas.

Hacía 1996 y ya rondando los sesenta años, era todo un espectáculo verlo, por septiembre, subido a los árboles de la ribera del Manzanas para podarlos con una macheta y dar verde hojas a su ovejas. Hoy, a sus ochenta años, viudo desde hace varios años y sin descendencia, no sabe hacer otra cosa y con su docena de ovejas es la persona más feliz del mundo. José Suarez, no sabe leer ni escribir y para saber si los proveedores le traían realmente el encargo exacto, siempre pedía la misma cantidad y marcaba sobre la pared los cubos de cereal que gastaba diariamente hasta terminar el pedido. Así sabia si algún cerealista le había engañado.

Juan José Faúndez Santiago, nacido en 1996 en Alcorcillo, allá por 2003 se convirtió en un joven ganadero, haciéndose con la explotación de su abuela y tíos. Estudió arquitectura técnica, pero por aquel entonces el mundo laboral relacionado con sus estudios no estaba nada claro y decidió volverse al campo. Su abuela materna, la señora Socorro, y sus tíos Antonio y David Santiago Casado, contaban entonces con unas 700 cabezas de ganado lanar. Hoy su nieto y sobrino tiene más de mil de raza "Castellana", con las que obtiene alrededor de 1.450 lechazos de Castilla y León.

Su explotación está totalmente mecanizada y el mayor gasto lo tiene con la compra de pienso para alimentar a las madres. En cambio los forrajes son de producción propia. Siembra 150 hectáreas en las que mezcla centeno híbrido, avena, raigras, cebada y triticale (cereal procedente del cruce entre centeno y trigo) que siega en verde y convierte en enormes paquetones para alimentar al ganado en épocas de escasez de past natural.

Hoy acudirá a la VII Jornada de Exaltación a acompañar a Jesús Vara Garrido con una Capa Parda Alistana de Honras y Respeto de 126 años de antigüedad.

Desde la noche de los tiempos pastores, ovejas y lobos han ocupado el mismo territorio y eso lo saben bien los ganaderos alistanos para los que desde la antigüedad corralas y chiqueros han sido su fortín contra los cánidos.

Fonfría es el municipio con más ataques de lobos en la provincia de Zamora, y de ello dan fe Francisco Martín Martín, de Ceadea, y Paco Fernández Domínguez y Jesús González Lobo, de Bermillo. A ellos le siguen los hermanos Pablo e Isidro Antón Codesal, de Cerezal de Aliste.

Todos ellos son conscientes que a lo largo del año sufren y seguirán sufriendo ataques de lobos y resignados cuentan las artimañas de los cánidos par atrapar a sus ovejas: " El lobo es el animal más listo que hay en el mundo. Aprovechan los días de niebla o lluvia o cazando en manada para unos despistar a los mastines y otros dar muerte a las ovejas. Siempre se posicionan en contra del viento para no ser olfateados por los perros".

Toribio Julián Carbajo has ido uno de los pastores más peculiares de las sierras entre Ferreruela, Puercas y Valer. El 16 de octubre de 2003 tres cánidos atacaron su rebaño, en el paraje "La Cañada del Pastor" y, en una lucha sin cuartel , Carbajo Toribio y sus mastínes "Palomillo", "Pinta", "Grande de la Peñica", "Navarro" "Larga" , "Maestro" y "Zorro" plantaron cara a los cánidos muriendo un predador a mano de los "perros pal lobo". También murió una oveja con dos corderillos en su vientre.

Un anciano de Fornillos de Aliste recordaba ayer, feliz y emocionado, sus tiempos de rapaz durante la Guerra Civil y los años cuarenta y cincuenta del siglo XX. "En el mes de junio subían por Fornillos camino de las sierras de Sanabria las merinas procedentes de Extremadura. En cuanto se oían lo cencerros que llevaban los marones (sementales) los rapaces salíamos corriendo a su encuentro para ver el espectáculo. Primero iban las yeguas cargadas con los alimentos y ropas y tras ellas las ovejas merinas. Era precioso ver a los marones engalanados con sus correas de cuero rodeando sus retorcidos cuernos y colgando de ellas los cencerros. El año que se quedaba a dormir en Fornillos los pastores arrendaban prados cercados, los peores, porque eran los más baratos, y las yeguas se comían hasta los juncos y las malas hierbas del hambre que traían". La merinas llegadas de Extremadura utilizaban "Cordel Sanabrés" que tiene una anchura de 45 varas castellanas (concretamente 37,71 metros). Las ovejas tenían que alimentarse de lo que hubiera en en el propio cordel que cruza por dentro del pueblo de Mellanes.