Vecinos de Mombuey ven con cierta perplejidad algunas actuaciones realizadas con motivo de la ejecución de las obras en la torre "templaria" de la iglesia de Santa María, tardorrománico del siglo XIII, y declarada monumento Nacional desde 1931 con categoría de Bien de Interés Cultural.

La intervención tiene como objetivo anular las humedades que se traspasan al interior de la nave y restaurar algunos de los elementos ornamentales que aparecen deteriorados en el monumento.

Los vecinos de Mombuey han seguido con celo todas y cada una de las intervenciones llevadas a cabo en "su" torre desde los años 90. Han visto con preocupación los estragos que acompañan al paso del tiempo y que, en repetidas ocasiones, ha supuesto la caída de elementos ornamentales de la torre. Precisamente esta caída de materiales y su expolio provocaron la inclusión de la torre templaria en la Lista Roja

Algunos vecinos afirman estar "perplejos" por la intervención, promovida por la Consejería de Cultura, "al haberse picado los escalones de piedra de acceso a la torre". Aparecían desgastados por el paso de los siglos y se ha añadido hormigón para posteriormente revestir de piedra cada peldaño. "Es una salvajada picar la piedra original" de sillería de piedra gris verdosa, argumentaban los detractores locales de la intervención.

Las obras tienen un presupuesto de 42.659 euros del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, y están en fase de ejecución. La última intervención, también censurada por los vecinos por el cambio estético que supuso para la torre, tuvo lugar en 2010 con un presupuesto de casi 50.000 euros.

En esta intervención se actuó en uno de los muros laterales, que se ha cerrado con hormigón, tras retirar las albardillas, las tapas de cierre de la pared, para hormigonar, aunque queda a la vista. A la hora de retirar estos elementos de cierre, algunos de ellos antiguas lápidas funerarias usadas como material de reutilización, se han deteriorado.

Fuentes vecinales señalan que "el problema mayor no es que se vea esa plancha de hormigón, sino que es un material que absorbe el agua y que acaba filtrándose hacia el interior. De hecho, en la restauración de monumentos se utiliza mortero de cal qué no retiene el agua". Precisamente el mortero que se utilizó en 2010 para las juntas de las piedras de la torre recibió todas las críticas del pueblo porque no respetó la estética propia del monumento, generando un contraste llamativo.

La torre templaria de Mombuey es un patrimonio que los vecinos destacan como identificativo de la villa.