La residencia de la Sagrada Familia, de Villardeciervos, conmemoró ayer los 40 años de su apertura en un concurrido acto celebrado en el centro, que fue motivo de satisfacción para su recién nombrado director, Miguel Ángel Sánchez, que hizo hincapié en la familia que integran "residentes y trabajadores". El Administrador Diocesano, José Luis Castro, reparó en la celebración de la misa que presidió en "la extraordinaria labor" desarrollada durante los 36 años en que los residentes estuvieron al cuidado de las Hijas de Caridad de San Vicente Paul. Desde 1979 hasta 2015. El presidente de la Asociación Edad Dorada de Castilla y León de Mensajeros de la Paz, José Vicente Rodríguez, subrayó la inversión cercana a los 500.000 euros destinada a la modernización y adaptación del centro, y que garantizan su futuro y llegar a las bodas de oro. Inmaculada Arroyo, cocinera del centro, desde hace 34 años, recibió la insignia del presidente de Edad Dorada; y el residente que lleva más tiempo, Julio Arnáez, recibió la insignia del Administrador Diocesano. El alcalde de Villardeciervos, Lorenzo Jiménez, recogió y agradeció en nombre del pueblo la figura de la paloma de Mensajeros de la Paz. Fue el exalcalde, Jesús García, el encargado de hacer un recorrido histórico, desde el primer asilo hasta la actual residencia. Los salones se llenaron de fiesta y atmósfera musical con el coro parroquial Cervato y la charanga "Cha Cha Cha".