Rabanales se convertía el fin de semana en el epicentro de la campaña micológica de otoño en España y Portugal gracias a la iniciativa de la activa asociación micológica "Boletus Edulis", nacida para salvaguardar el mundo de las setas como uno de los grandes valores del ecosistema de Aliste.

El Museo Micológico mostró a los participantes, de la mano de Pedro Gómez Turiel, la puerta al "reino fungi" con su historia y peculiaridades, como paso previo a la salida de campo donde los visitantes, en un soleado día, quedaron prendados de la biodiversidad y la belleza de los montes y praderas cubiertos por diferentes especies de setas.

Este año las "carrelinas" o "senderuelas" (Marasmius oreades) son grandes protagonistas. Se trata de una seta muy apreciada por su sabor dulce. Seca y triturada se utiliza para los guisos de pescado y carne, aunque en Aliste suele preparase revuelta con huevos.

La gastronomía fue otro de los alicientes gracias a los menús degustación preparado en Trabazos (Marcos Senández), en Sejas (Delfi Bermúdez) y en Rabanales (Mirian Moral). Las setas son ya magnífico ingrediente principal y también un complemento ideal en la gastronomía alistana. También en la micología existen especies alóctonas y autóctonas y de ello, como de la biodiversidad micológica se encargó de disertar la experta gallega Marisa Castro, doctora en Biología y profesora titular en la Universidad de Vigo. Es una de las eminencia sobre la micología en España.

Ella fue, en 1982, junto a Luis Freire, la autora de la "Guía das setas y cogumelos comestibles de Galicia". Una de sus frases certeras ha sido siempre que "hay personas que tienen una guía y ya se creen expertas. Si lo fueran, no morirían". Las frases de Marisa Castro suelen ser sentencias como que "todo el mundo que come setas se considera un micólogo y no lo es": un "micólogo es el que investiga" el tema: "comerlas es micofagía".

Los amantes de la micología congregados por "Boletus Edulis" dieron un ejemplo de buenas prácticas que pueden y deben de seguir todos los recolectores locales y foráneos. El futuro de la riqueza micológica de Aliste a corto, medio y largo plazo depende en gran medida de la sensatez del presente. Por desgracia quienes salen al campo estos días, recolectores y agentes medioambientales, se encuentran pinares arrasados y praderas donde las setas no recolectables han sido destruidas a zapatazo limpio.

La normativa prohíbe "la remolición del suelo de forma que se altere la capa vegetal superficial o se levante el mantillo, ya sea manualmente o mediante cualquier herramienta" salvo en el caso de los hongos hipogeos donde se podrá utilizar el machete trufero". Aún hay recolectores que siguen utilizando hoces, rastrillos, escardillos y azadas, cuando está totalmente prohibida no solo su utilización sino incluso portar dichas herramientas es lo pinares.

Los "sistemas y recipientes usados para la recolección de setas silvestres y para su traslado dentro del monte deberán ser rígidos o semirígidos y porosos por todos sus lados, de modo que permitan la aireación y la caída al exterior de las esporas". En este caso la gran mayoría utiliza las tradicionales cestas de mimbre alistanas o las modernas cajas aptas para ello. Sin embargo, hay gente llegada de las ciudades que al carecer de ellas opta por las bolsas y los cubos de plástico. A la hora de cortar las setas las únicas herramientas de corte autorizadas son los cuchillos, navajas y tijeras.

Por otra parte, la localidad de Grisuela acogerá el sábado, 16 de noviembre, una jornada micológica con perros dirigida a la investigación de terrenos y búsqueda de trufas y hongos hipogeos con el experto Julio Cavero.

Días pasados se analizaron los terrenos más propicios y dados sus suelos se cree que, aunque remota, una de las posibilidades donde se podrían crías trufas en Aliste estaría por el entorno de la "Fuente Fidionda" situada junto al río Cebal. La búsqueda tendrá lugar en el monte "El Carrascal". El punto de encuentro será en el Museo Micológico de Rabanales a las 10 de la mañana. La inscripción para participar tiene un coste de 10 euros por persona.