Tras dedicar el pasado 26 de julio el Día de los Abuelos a los residentes centenarios, Mensajeros de la Paz ha dado la bienvenida a este grupo (cada vez más significativo) a Carmen Rodríguez cuando cumple el siglo de vida.

Nacida en Villardeciervos el 10 de noviembre de 1919, la centenaria ha estado ligada a esta localidad a lo largo de toda su vida. Fue la segunda de 7 hermanos y, cuando con 12 años perdió a su padre, su madre enfermó y su hermano mayor se fue a Mombuey a trabajar, tuvo que hacerse cargo de la familia, trabajando en el campo y en la casa para sacar a todos adelante.

Se casó con Tomás, un hombre de su quinta, también del pueblo y tuvo un matrimonio "muy feliz que duró 60 años menos dos meses", hasta hace 13 años cuando él fallece. No tuvieron hijos pero cuenta que "a quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos" y es que, aunque todos sus hermanos han fallecido, sus sobrinos están muy pendientes de ella y son "una piña". Todos asistieron el sábado al homenaje rendido a Carmen Rodríguez y después se fueron a comer en familia para celebrar la importante fecha.

Carmen reside en la residencia de Villardeciervos desde hace 11 años cuando la rotura de una pierna le complica la independencia en su vivienda, llega a los redondos 100 con una salud envidiable y una lucidez privilegiada, "me ha dado tiempo a todo" confiesa.

El homenaje a Carmen ha consistido en una misa en la capilla de la residencia con su familia de sangre y la familia del centro acompañándola y con la asistencia del alcalde y otros vecinos de Villardeciervos. El Coro Cervato de la localidad le cantó una canción compuesta para este día especial. A continuación, Miguel Ángel Sánchez, director de la residencia, le dedicó unas palabras en nombre de toda la Asociación y le hizo entrega de la insignia de Mensajeros de la Paz y un bonito ramo de flores.

Lorenzo Jiménez, alcalde de Villardeciervos, fue el encargado de felicitar a la centenaria en nombre del pueblo y le hizo entrega de una placa conmemorativa. Carmen Rodríguez pronunció un bonito y emocionante discurso de agradecimiento. Tras las cariñosas felicitaciones de todos los asistentes, la homenajeada se fue a comer fuera del centro con sus sobrinos.

Ayer, día real de su cumpleaños, se celebró un almuerzo especial en su honor en la Residencia. De esta manera la centenaria celebrará la importante fecha con residentes y trabajadores, su segunda familia.