"Yo soy el representante legal de una organización agraria, avalado por procesos electorales, desde hace 25 años. No es el caso de colectivos que no se sabe qué intereses defienden o a quién representan", aseveraba ayer Aurelio Gonzalez, secretario general de UPA Zamora, cuando respondía a una carta remitida el día anterior a distintos medios de comunicación desde la Coordinadora Pueblos Vivos de Zamora, en la que esta asociación contra las "macrogranjas" cargaba contra su persona.

En realidad, la razón por la que Pueblos Vivos arremetía contra Aurelio González es porque UPA ha requerido a la Junta de Castilla y León que paralice las ordenanzas aprobadas por distintos ayuntamientos de la provincia de Zamora para restringir el almacenamiento y uso de purines, pues la organización agraria considera que estas normativas municipales no solo perjudican a los ganaderos, sino que invaden competencias propias de la Administración Autonómica. "No pedimos a la Junta de Castilla y León que se entrometan, como dicen, pedimos que defiendan la legalidad", aclaró después de enumerar todas las leyes nacionales y autonómicas que ya regulan el vertido purines.

Por otro lado, Aurelio González adivirtió que "UPA seguirá defendiendo a los ganaderos y a los agricultores" y recordó que la organización se ha opuesto a la macrogranja de 20.000 vacas de Noviercas (Soria), "pero sí vamos a defender a una granja de porcino de la que viven un ganadero y su familia o dos ganaderos y su familia", que es el caso de la mayoría de las explotaciones que actualmente están en el punto de mira de esta coordinadora de asociaciones.

"UPA pone como ejemplo el caso de Faramontanos: "se tergiversan las cifras, se dice que la granja va a tener 12.000 cerdos, pero son 12.000 bebés, lechones de menos de seis kilos", que generan un purín "equivalente a 240 vacas, es decir, una explotación de un tamaño normal y corriente". Una vaca equivale a 50 lechones, a siete cebones o a tres madres con sus lechones.

Desde UPA argumentan que hoy en día montar una explotación conlleva una serie de costes fijos que suponen que con una granja de 1.500 cerdas, durante 10 años se trabajaría para pagar la inversión. La ´única forma de "poder comer" del oficio es pasar a una granja de 3.000 cerdas.

Además, el porcino producido en Castilla y León que se destina a la exportación genera unos ingresos de 1.096 millones de euros al año, una cifra equivalente a las ayudas directas de la PAC que llegan a la Comunidad. A lo largo del último año, Castilla y León produjo 144.000 toneladas de carne de cerdo, de las que 86.000 se vendieron fuera de España.