El alcalde de Tudera denunció el pasado miércoles ante la Guardia Civil del puesto de Bermillo de Sayago la actuación médica realizada a un octogenario del pueblo y que, según expresa, "indignó a los presentes".

Sucedió que el pasado sábado el pueblo sayagués celebraba por todo lo alto la fiesta del Ofertorio en honor a Santa Bárbara y Santa Catalina. La celebración marchaba con una participación ciudadana admirable y gran convivencia cuando, en el transcurso de la comida popular, hacia las 14.40 hora, el vecino A. M. perdió el conocimiento y "se desplomó en el suelo". Rápidamente varios vecinos echaron mano de los móviles para dar aviso y solicitar asistencia al Servicio de Emergencias Sanitarias de Castilla y León.

Quienes estaban al lado del afectado, por su parte, le recogieron y trasladaron hasta un banco, donde fue colocado "sobre unos cojines y tapado una manta".

Hacia las 3.05 horas se personó en el lugar la patrulla de la Guardia Civil, "que fue la primera en llegar". Fue hacia las 15.25 horas cuando llegó un médico, acompañado de una enfermera. Según consta en la denuncia, al acercarse el facultativo al paciente expresó que "aquí no le puedo atender", y "pidió una camilla". Entonces un joven de Tudera cargó con el paciente y le trasladó a la vivienda del octogenario, distante unos veinte metros.

La no atención del octogenario donde se hallaba tendido, en el banco, ya generó "indignación" porque, se afirma, "si en el traslado ocurre una desgracia ¿quién hubiera sido el responsable?".

Pero el caso resultó más que sorprendente cuando, tal y como se refiere en la denuncia, "el médico, al averiguar que el paciente pertenecía a una mutua de seguros, se ha desinteresado totalmente del enfermo, llegando incluso a subirse al vehículo en el que llegó, para abandonar el lugar". Aunque, se precisa, "dio media vuelta instantes después, para volver a entrar en la casa del paciente".

El tiempo transcurría con la impaciencia de los presentes y, al ver que no llegaba la ambulancia, se preguntó al facultativo por la tardanza, "manifestando que tenía que confirmarla él, tardando cuarto de hora más en hacer esta gestión".

El vehículo sanitario llegó al lugar sobre las 16.10 horas para proceder al traslado del enfermo que, luego se conoció, había sufrido un ictus cerebral.

La situación vivida con el octogenario "indignó" a prácticamente todo el vecindario, "que consideró que desde las 14.40 horas del inicio hasta las 16.10 horas había pasado demasiado tiempo, y podía haber ocurrido una desgracia".

El episodio médico nubló el pasado sábado el desarrollo de una jornada festiva que reunió a unas 124 personas. Este día los oficios religiosos tuvieron lugar en la iglesia, cuando lo normal es que se desarrollen en la ermita. Además, el templo fue limpiado a conciencia por la población.

El ambiente social hasta el momento del suceso médico era envidiable. "No podéis imaginaros la alegría que produce ver este salón lleno a tope" había expresado el alcalde en una alocución previa, y que calificó a los presentes como "gente de bien". "Amigos, hemos crecido, aquella multitud que acudió a la iglesia para limpiarla, aquella que hizo creer que era posible superar las diferencias y quedarnos con lo que nos une. Y es que lo que nos une es nuestro pueblo:¡es Tudera!" expresó. Lo hizo encaramado en lo alto para que todos entendieran el mensaje.