"Has sido nuestro secretario durante los últimos doce años, tiempo suficiente para haber estrechado lazos con los vecinos de La Hiniesta" señaló Ricardo Casas, alcalde del municipio, inaugurando el acto de despedida de Juan José Adánez, secretario de La Hiniesta y también de Roales donde, de momento, no ha recibido los mismos honores en su despedida.

Juanjo, como le llaman todos en el pueblo, dice adiós a doce años al frente de la secretaría donde ha conseguido una relación de cercanía con los vecinos tal y como señalaban ellos mismos en este acto al que acudieron cerca de medio centenar aunque algunos llegaron tarde para los discursos pero a tiempo para la despedida que paulatinamente le han ido dedicando en las últimas semanas desde que se conoció la baja del secretario a finales de este mes de octubre.

Antes de las 18 horas ya había varios habitantes de La Hiniesta esperando a las puertas del ayuntamiento. "No está el coche de Juanjo, a ver si no a venir" bromeaba una vecina segundos antes de que el homenajeado apareciera para realizar su último acto público en el municipio.

Ricardo Casas, alcalde de La Hiniesta de Ahora Decide, inició su alocución recordando el día que, entre lágrimas, Juanjo le decía que dejaba el puesto por "temas personas que nada tienen que ver con La Hiniesta que vamos a respetar". Una decisión complicada que le llevó tiempo tomar por el cariño que le dedicaban todos los vecinos del pueblo y lo a gusto que trabajaba en el municipio.

El alcalde le hizo entrega al secretario, en nombre de todos los vecinos, de la medalla de oro del pueblo que lleva como insignia una imagen de la Virgen de La Hiniesta, la máxima distinción que se puede recibir en el municipio de Tierra del Pan. "Que se la ponga" gritó una de las asistentes a un salón de plenos que, con el paso de los minutos, se fue quedando pequeño. "Llevaré con orgullo este detalle que habéis tenido conmigo" explicaba, visiblemente emocionado, Juan José Adanez, quien le deseó "lo mejor" al pueblo y a sus habitantes: "Os echaré de menos, pero seguiré viniendo por aquí".

En el discurso de despedida que el alcalde le dedicó a Juanjo quiso poner en valor la valía del puesto de secretario en los consistorios. "Hace muchos años los secretarios se convertían en cronistas. Sin embargo, lo que un secretario se lleva cuando deja un lugar es mucho más que un pedazo de historia, es también vida" señalaba Ricardo Casas.

Junto a la medalla de la localidad, el ayuntamiento quiso entregar al secretario una pluma para que siguiera firmando documentos allá donde fuera. Juanjo agradeció el regalo que usará en su vida personal ya que los documentos se firman electrónicamente tal y como recordó ante la risa de todos los presentes.

No pudo faltar una última foto con una gran cantidad de vecinos que arroparon a Juanjo mostrándole por última vez su cariño: "Las puertas de nuestras casas estarán abiertas para ti. Nunca olvides a quienes te han servido y que tus deseos se cumplan".

Al final, la fiesta de despedida se trasladó al bar del pueblo que abría el mismo día que Juanjo se despedía de La Hiniesta: "Ahora ya tendría donde ir a tomar cafés" bromeó. La Hiniesta, tras más de un año sin bar después de haber tenido tres, retomaba el pulso festivo y la mayoría de los vecinos vivieron una tarde con un carrusel de emociones por la despedida de Juanjo y la inauguración del bar que permite tener una empresa más en el municipio.