La paralización de las obras de la mejora de la carretera ZA-P-222, que comunica el Parque Natural de Arribes del Duero con Portugal y viceversa, tras enlazar con la Internacional (Ricobayo Miranda), cerca del paso fronterizo, tiene preocupados al Ayuntamiento de Fariza y a la población de Badilla.

Las obras de construcción del puente sobre la ribera de Badilla han quedado detenidas hace más de un mes y el temor es que lleguen las lluvias, el curso de arroyo vuelva a correr con ganas, y no pueda llevarse a cabo el final de una mejora vial que consideran esencial.

El alcalde del municipio, Manuel Ramos, que ayer se interesó por la inactividad, afirma que desde la Institución provincial le han indicado que es debido "a una división" que se ha dado en la empresa encargada de realizar las obras. No obstante, le han asegurado que la empresa que tiene que aportar la ferralla para la infraestructura lo llevará adelante.

También hace referencia a que es posible que se aplique "una penalización" en el caso de incumplimiento del plazo de ejecución .

La actuación de mejora del firme de la calzada, de señalización vertical y horizontal y demás intervenciones, asciende a una cuantía de 628.837 euros. Las obras han sido adjudicadas a Ecoasfalt y el periodo de ejecución era de seis meses.

El puente sobre la Ribera de Badilla tiene echado el cimiento y cuenta con los contrafuertes y las pilastras ya levantadas, pero desde hace unas semanas los vecinos no han vuelto a ver actividad alguna y temen que todo quede suspendido o dificultado con la llegada de las tormentas.

La empresa adjudicataria, consultada sobre el particular, mantuvo ayer silencio sobre los motivos de la paralización.

El regidor de Fariza señala que todavía quedan otras obras por hacer, a mayores del puente sobre la ribera de Badilla, y reclama que se lleve a cabo el proyecto de mejora de una forma completa.

El trazado vial de la carretera ZA-P.222 ha sido una larga reivindicación de los pueblos del Parque Natural de Arribes por la importancia que tiene por ser la vía más limítrofe con el cañón del Duero.

Durante un tiempo el recorrido por esta carretera estuvo cortado y obligaba a los turistas y visitantes a encaminarse desde Badilla hacia Argañín por un trazado intransitable que, en palabras de Mateo Piñedo, "es un solo bache". Los vehículos no podían avanzar, salvo en la primera marcha, por encontrarse el pavimento carcomido. La abundancia de la vegetación encubre, además, las señales dispuestas en las márgenes.

En estos momentos el trafico ha vuelto a transitar por la ZA-P-222, aunque existe la señalización de carretera cortada, ganando con ello tiempo y haciendo uso de un asfaltado adecentado. En paso de la ribera de Badilla lo salvan los conductores por el viejo puente, que sigue prestando el servicio vial.